¡Tu Mujer!
Tu mirada se reflejó en mi alma
y así sin palabras,
todo lo lleno de calma.
Te entregue sin pensar
completamente mi libertad,
mi confianza para andar
con alas abiertas en tempestad.
Seré tu fuerza día a día
tu consuelo, tu sostén,
serás mi fe y vida mía
mi camino hacia el Edén.
Habrá momentos que seremos uno solo
el viento, el aire al respirar
y abierto tendremos el cielo para juntos;
con nuestros sueños volar.
Llegará el divino momento
en que mi vientre crecerá
y al pasar del tiempo una personita "papá" te llamará.
Te daré mi vida entera
la esperanza de mi ser
leal y fiel compañera.