No hay quien lo pare, devasta con todo lo que se interpone entre él y su comida preferida, ese manjar que todos debemos y queremos tener a nuestro costado izquierdo.
Hay un problema, como cualquier persona irracional que intenta fortalecer su empresa, comienza a crear demaciado orgullo sobre si mismo, el está enfermo, no deja que se le enfríe el pan de cada día y no lo come, intenta pasar el tiempo con su vianda, pero no la necesita, intenta adornarla exponiéndola frente a los muertos de hambre, pero fracasa.
Este paciente está muy infectado por lo azul, por lo obsecionado de la familia mundial.
Puede comer y aunque no lo haga por su mal, engorda su padecimiento.
"Comer engorda, desmerecer enflaquese, y la amistad adelgaza"