Paseaba por las calles de la ciudad, lleno de angustia, sin saber hacia dónde ir… Recordaba las voces del hombre que me dio el camino hacia la verdad… “Tienes que recordar la palabra, una y otra vez”… Eso hice, pensando que ello me haría muy feliz, pero no fue así luego de meses y meses de práctica recordando aquella “palabra impronunciable”… Tan solo sentía un mar de confusión pues quería entender, entenderlo todo, todo… Ya a punto de sentirme engañado y listo para dirigir mi vida según la inercia social, una voz conocida llegó a mí… Hola, me dijo… Se te ve muy bien, qué te has hecho… Me extrañaron sus palabras, y no le hice caso… La quedé mirando y sentí algo especial dentro de mí… Como que sabía lo que pasaba dentro de ella… ¿Estás enferma?, le pregunté… Sí, quién te lo ha dicho… Tengo leucemia y eso es muy malo. Hace poco me acaban de dar los resultados… La vi muy triste y algo dentro de mí hizo que sintiera amor por ella, tan solo quería ayudarla, darle mi corazón… Te vas a curar, le dije… Le toqué las dos manos y vi que sus ojos se clavaron con los míos… Adiós, le dije y seguí caminando, sintiendo que algo se había aclarado al escuchar sus palabras acerca de que me veía mejor. Sonreí y seguí caminando y recordando la “palabra impronunciable”… Llegué a mi casa y me dispuse a seguir con mi vida… Era joven y estudiaba una carrera que no la entendía, así que decidí seguir mis estudios con mayor dedicación…
Pasaron los días y semanas y al cabo de dos meses, una pariente de mi amiga que vi y le deseé su sanación, vino a mi casa… Te he estado buscando, me dijo… Me dijo mi prima que se ha curado, que la leucemia se le ha ido… Y todo comenzó cuando tú le tocaste las manos… Le sonreí y no dudé en entenderlo… Uno tiene su don, pero para uno como yo que poco o nada le importan las cosas si no tiene paz, de nada le sirve el saberlo… Estaba enfocado en sentir paz y esto ocurría brevemente… así que le dije que es raro, quizá se haya confundido… No, respondió… Continuó diciéndome que al tocarle las manos, le había trasmitido una energía muy fuerte, y eso la había hecho cambiar… De repente te electrocuto, le dije en son de broma… Ella sonrió y me pidió que fuera a saludarla… Le dije que trataría…
Han pasado los años y años y poco o nada ha ocurrido en mi vida… Casi he olvidado la práctica de la “palabra impronunciable”… Mi vida fue como la de muchos… Subidas y bajadas… Dejé los estudios y me dediqué a vagar por el mundo… Nada encontré, nada de nada… Puse un negocio pero tan solo me da para comer y para pagar los sueldos, así como muchos negocios… Mi vida se volvió solitaria, muy solitaria… Nunca tuve una pareja ni hijos… Solo, siempre solo… Tan solo mi perro a quien veo a diario y que por los años se van y llegan otros y otros… Les veo y siento que siempre son ellos mismos, pero en formas diferentes… Encontré un talento al cantar y eso hago y me hace sentir muy feliz, pero tan solo a mi entorno… Y lo hago como un hobbies… Solo, siempre solo y sin más compañía que los perros que pasan… Veo envejecer a mis parientes y noto que aunque viejo, la energía vital es intensa, tanto como la de un muchacho de veinte… Pero eso no es importante… Tan solo vivo solo y al lado de montañas de soledad…
Pero, hace poco he vuelto a recordar la “palabra”, y la recuerdo con mas intensidad y con mas conciencia… Extrañamente noto que las plantas y hasta las personas me ven con otros ojos… Y he notado que mi perro enferma y cuando le acaricio, se vuelve a mí y siento que empieza a revitalizarse… Y recuerdo el don que tengo… Apago las luces y empiezo a recordar… Es que, hay tanto por curar, en especial, los corazones de cada ser humano… Y es tan importante como la salud de cualquier criatura que se me cruza por los ojos… Espero que pueda salvar sus corazones y conozcan la paz que brilla mas y mas delante de mi alma y es tan hermoso como cuando ver el primer rayo de sol en un día especial…