Conocí a Lillian Blandino hace algunos años, quien por vueltas del destino terminó siendo mi profesora de matematicas en vacaciones escolares, no estimo bien el año, pero habrá sido en los inicios de este siglo. Entre galletas, café, lapices y números, luchaba con mi mala recepción de cualquier materia que requiera razonamiento lógico matematico. Lo que yo no sabía era su trayectoria de artista, esta señora que vive en la esquina de la cuadra junto al cementerio, en una casita pequeña, en plena ciudad pero negandose aún a tener más refuerzo que alguna llave vieja de un cerrojo oxidado en la puerta del frente. Para esos tiempos Lillian Blandino, quien es una mujer de cabello largo, de contextura delgada y alta, ya habría incurrido en "Lomas de pasión" una radio novela que se sintonizara allá por 1999, que trataba de devolver la mágia de las narraciones y dramas, a la moderna (de aquel entonces) vida conquistada por la televisión. No pasó mucho tiempo para que Lillian participara en un nuevo programa en teletica, llamado "La Pensión", un programa que representaba la vida de personas muy diferentes entre sí, que interactuaban en un pequeño hostel capitalino, entre el elenco de varios actores y actrices (algunxs que se mantienen hasta hoy) estaba el de ella: Rossalía, una señora amante de las artes oscuras, de las obras paganas, la magia y la adivinación, su paso por el programa no fue muy largo, pero verla en televisión me sorprendió, pues no sabía que la señora humilde, de la casita de la esquina, al lado del cementerio era una artista de televisión. Cabe mencionar que Lilian y yo nunca tuvimos una amistad o algo por el estilo, nos conocimos de azar y nos hablabamos, pero nada cercano, la diferencia de edades (con el perdon de la estimada señora) siempre ha sido amplia y la comunicación através del tiempo es menos lúcida. Los años pasaron, y no en vano, después de algún tiempo, se retiró de las tablas, y a veces la miraba pasar a lo lejos cargando bolsas de compras, con su caminar lento, porte encorbado, y paciencia que solo lleva, quien ha ganado mucho de la vida. Pero justo cuando el tiempo me hizo seguir mi lecho, de pronto, al poner la televisión, en un programa llamado "La media docena", (show humoristico que se desarrolla a partir de sketches y situaciones) aparece Lilian haciendo el papel de una señora que no puede abrir el carro en un estacionamiento, volvieron a brillar mis ojos, aún pasando el tiempo ella sigue haciendo lo que le gusta ¡Y la comedia no le va mal! Grato fue sin duda, mirarle de nuevo en la pantalla. Hoy justo caminaba por el centro, entre tiendas y aceras, cuando de pronto, veo esa figura Quijotesca, en ese andar pausado, con las bolsas del supermercado... ¡Lillian Blandino!
"¡Fer! ¿Cómo estás querido? Hace años no te veo, pero te ví en el periodico, ay me alegra que andés bien... Te quiero mucho"