Para Ana María, una prima, una amiga, que se marcho muy temprano
Para esa intrusa que llega siempre de improviso
Sin que nadie la invite o la espere.
Pero que inevitable tiene que llegar
Tarde o temprano.
Tú la esperaste dormida.
Porque un nombre pronunciado en silencio
No es la persona
Y así te marchaste en silencio,
Nunca sabremos cuál fue tu último pensamiento,
Nosotros te seguiremos igual
Pero mientras tanto
Descansas entre pájaros y flores
Que adornan el campo santo,
Allá en la lejana Santa Cruz de la Sierra.
Texto agregado el 17-07-2014, y leído por 188
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