¿Qué harás con tu hijo?
¿Le darás a escuchar la música que siempre escuchaste, la comida que siempre comiste, los perfumes que siempre usaste?
¿O le ofrecerás todo, una gran variedad, para que él pueda elegir?
¿Lo obligaras a ser de un club? ¿De un escudo? ¿Pertenecer a un partido político?
¿O le darás libre albedrío?
¿Le harás creer que estamos divididos por fronteras inventadas en un pasado?
¿Qué la patria es un país dividido por límites impuestos?
¿O le harás ver la inmensidad ilimitada del planeta?
¿Qué harás con tu hijo?
¡Lo forzarás a ser lo que querían hacer con vos!
¿O lo apoyaras a observar la amplitud del universo?
¡La hermosura de la humanidad!
¿Lo harás vestirse como a vos te parece?
¿Influenciarlo en sus gustos?
¡Lo harás creer en la vanidad de la moda!
¿O lo dejarás elegir?
¡Qué harás!
¿Le ofrecerás la libertad de elección que vos nunca tuviste?
¿O volverás a repetir viejos dogmas hereditarios?
¿Lo maniatarás con tus miedos?
¿Con tus religiones?
¿Con tus frustraciones?
¿Lo apoyarás para que pueda Ser, antes de obedecer?
¿Qué harás con tu hijo?
¿Le darás los consejos necesarios y el apoyo incondicional que nunca recibiste?
¿O lo perpetuaras a seguir una cultura que odiaste en tu alma, pero aprendiste a resignarte?
¿Lo apoyaras en sus pensamientos que fluyen de la rebeldía?
¡O le harás obedecer sin pensar en todos los mandamientos sociales!

Tu hijo (como todos los hijos que están formándose) está muy atento a todas estas preguntas.

¡Qué harás con tu hijo!
¿Lo volverás un ser libre, un ser pensante, un alma digna?
¡O un espejo difuso de tu reflejo, en algo que nunca fuiste, ni serás!
¿Qué harás con su vida?
¿La dignificaras con enseñanzas libertarias?
¡O la amordazaras con viejas escuelas de doctrinas sin sentimiento!

En todas esas preguntas, en todas esas respuestas, esta ni más ni menos que el futuro.
El futuro de las nuevas generaciones. Que es nuestro futuro. Tu futuro.
Por ahí empecemos. Por ahí sigamos.
Porque vale la pena confiar en el aprendizaje que nos darán nuestros hijos, haciéndonos cargo de recibirlo, sin ataduras pasadas.
Porque todo evoluciona.
Y ellos, son el fiel reflejo del crecimiento de la humanidad.
De vos depende.
De todos, en realidad.
Empecemos.
Hagámonos cargo.
Hoy.