Mi nombre es Thomas Wilson, soy estudiante de preparatoria. Tuve dos hermanos, mas el menor murió, y mi hermana yace grave en el hospital por SIDA. Mientras mi padre viudo está en la cárcel.
Fue arrestado por asaltar bancos por un largo periodo, actualmente yo me mantengo por una pequeña parte de ese dinero pero la policía no lo sabe. Quisiera agradecerle por el dinero pero lo detesto por no estar conmigo.
Vivo solo, pues por alguna razón mis tíos no tienen buena relación con mi padre, pero que más da, la vida no siempre es perfecta, y yo siempre veo el lado bueno de la vida. Solo sé que jamás seré como mi padre y cuando crezca seré un exitoso abogado, algo que he demostrado con mis méritos al tener altas calificaciones, aunque de seguro a mi padre ni le importa.
Les contaré lo que me sucedió el día de hoy:
Era un perfecto día en el colegio, las nubes desahuciaban el firmamento, el sonido de mis compañeros jugar era música para mi alma. Pero la perfección es solo una falsa percepción, pues en medio de tan glorioso día me percate de un par de sujetos dando una paliza a otro tipo
Quise hacer algo, pero, ¿Que podía hacer yo? con mi baja estatura, mi complexión tan delgada mi poca fuerza, no iba a poder contra esos dos grandulones así que pasé el caso por desapercibido y camine por el pasillo para dirigirme a mi casillero. En eso, vi mis enormes libros que hacían parecer mi mochila llena de rocas. Y una idea iluminó mi mente, me acerqué a esos dos tipos con unas cuantas rocas para evitar la paliza, pero al llegar el mal ya estaba hecho, di paso atrás pero en ese momento volvieron a cometer un mal acto. Pero esta vez acosaban a una dulce chica. Era el colmo, me acerqué a ellos y los amenacé con rocas, ellos solo se burlaron por el hecho de tener que usar herramientas para defenderme y cuando menos me di cuenta me despojaron las rocas de las manos con un golpe al estómago, me dejaron tirado en el suelo y me dieron una enorme paliza. La gente que pasaba no hacía nada, de hecho parecía no importarle.
Hola de nuevo, soy Thomas Wilson, escribiendo el diario varios años después, no puedo contar día por día, pues aunque tengo buena memoria sería muy cansado escribirlo todo, pero escribiré lo que ha pasado en mi vida después de los escrito anteriormente.
Después de recobrar el aliento de aquella paliza, y una vez que los golpeadores se habían marchado me paré para regresar a clases, en eso como respuesta divina recibí el beso de aquella bella chica como gratitud por haber tenido el valor de haberme enfrentado a esos tipos.
Cuando menos me di cuenta el dolor se apaciguó. Saliendo de clases salí con ella y a mi sorpresa resulto ser una persona mas agradable como persona que a la vista.
Con el tiempo llegamos a compartir bastantes momentos, íbamos a cafés, al cine y en ocasiones a bailar. No compartíamos muchos gustos pero explotamos al máximo los gustos que teníamos en común.
Y pasaron los años, terminé mi carrera como abogada y ella la suya como mi colega.
Un día después de la graduación la invité a una cena en un buen restaurante, gaste parte de mis ahorros en una elegante comida, con un excelente ambiente con música en vivo y buena atención.
En eso tomé la mano de mi novia y le puse el anillo, momento que jamás olvidaré.
Ella simplemente se quedó sin habla y se dibujo una sonrisa mil veces mas bella que la silueta de la luna.
Después de eso pasamos una linda noche, conversamos sobre muchas cosas, y desinhibida-mente platicamos de nuestra vida, de lo que pensábamos del uno del otro etc.
Cuando nos casamos, mi sorpresa fue que en la misa no estaban todos los invitados, ni siquiera la mitad, tal vez había sobreestimado mis amigos. Aunque curiosamente por lo menos la mitad de ellos asistieron a la fiesta.
Fue una fiesta fantástica de la cual locamente nos fugamos, todos festejaban una fiesta para nosotros sin nosotros y nosotros simplemente nos divertíamos sin ellos.
Posteriormente pasamos nuestra luna de miel fuera de la ciudad. De joven siempre me imaginé algo como París, más no fue así. Pero que mas da, lo que me importaba era la compañía a ella también.
El tiempo pasó y tuvimos una hermosa familia, pero en eso algo inesperado sucedió. EL mas pequeño de nuestros hijos nació con sólo un riñón, sin embargo lo queríamos tanto que no nos bastó con gastar nuestros ahorros sino que pedimos prestado a quien se pudiera. Pero el tiempo pasó y gasto tras gasto se presentaba. Aún contrabajo me era difícil mantener la familia. Hubo escasez de empleo y tuve que hipotecar la casa. Pero el tormento no quedó allí, cuando menos me di cuenta el trasplante de riñón del pequeño, que ya no era tan pequeño, tenía que ser remplazado. Le doné el mio y con problemas, hambre y vergüenza de no poder alimentar a mis hijos y mi amada esposa comos e debía continuó mi tormento. Día tras día, noche tras noche.
Esperando que algo bueno sucediera, recé e intenté hacer todo lo que estaba en mis manos. Pero no conseguí nada. Tuve que buscarme un segundo empleo peor no era suficiente, las deudas me asechaban, la presión y el rechazo de los familiares que me habían prestado grandes cantidades aumentaba por no haberle pagado en años.
Pero tuve fé en que todo se solucionaría, luché, busqué todas maneras posibles por sobrevivir. Hasta que recibí otra noticia.
Era mi esposa, que se encontraba en el hospital.
Ahora tenía cáncer en el cerebro. Busqué por más que pude la manera de conseguir el dinero, pero nadie quería prestarme y el trabajo no me alcanzaba.
El banco no estaba dispuesto a prestarme y no sabía que hacer.
En eso pensé en otra solución. Unirme a la gente mas devastadora de este planeta. Pensé que ganaría mucho con las drogas, pero gran desilusión fue enterarme que solo fui su mandadero.
Me encontraba en el lugar de siempre, haciendo cosa ilícitas como siempre, cuando recibí una llamada.
Efectivamente, mi esposa ahora descansaba bajo una tumba, o lo haría después del entierro que tampoco podía pagar, pero eso no importaba, sino que mi corazón estaba destrozado por la pérdida de mi ser mas querido.
Poco después mi hijo pequeño enfermó y mi hija quedó embarazada sabrá Dios de quién.
Mi vida era un desastre, jamás fue lo que planeé.
Así que tomé la decisión de mi vida, cogí un arma, escribí lo que acaban de leer en mi diario y pensé en lo miserable que era mi vida ahora y en que mis seres queridos me odiaban por considerarme abusivo, otro moriría por insuficiencia renal, una había tirado su vida por la borda a los 19, sin estudios, sin esposo, con un hijo, y en cuanto a mi otro hijo, hijo que siempre me había apoyado. Se había quedado sin poder estudiar el bachillerato pues no pude pagarlo.
Era el momento de disparar, así que apunté el arma sobre la cabeza y en un grito de desesperación pudo escucharse ¡Manos arriba! Esto es un asalto.
Tomé cuanto dinero pude, y me dirigí a mi casa con él.
Sabía que me descubrirían después de haber robado ese banco, así que tomé un taxi, me dirigí a la ciudad mas cercana y tomé un camión a otra mas lejana.
E hice lo mismo una y otra vez, siempre con una máscara.
Lo raro fue que cuando menos me di cuenta, Tenía 80 mil a mi disposición.
Era buscado por la policía pero volví a mi pueblo, le di a mi hijo mayor el dinero como apoyo para sus estudios y sacara todo adelante.
Mi hijo donó su riñón y usó la mayoría del dinero para el trasplante de mi otro hijo y siguió adelante.
Yo ahora me encuentro en la cárcel con mi vida hecho trozos. Mis familiares y amigos me detestan, mi hija se pudre en la pobreza junto con su hija, mi esposa yace en una tumba, y no sé cuanto mas viva mi hijo menor, pero si algo sé, que ha pesar de haber obtenido todo de mala manera. Hubo algo bueno en esto, mi hijo Tom, el mayor, ha sobresalido. Solo por eso estoy feliz de no haber usado el arma contra mi cabeza. Aunque Tom me recuerda mucho a mi. |