Orión se encontraba aburrido, ya llevaba un par de semanas totalmente sólo; todavía faltaban tres días para llegar al planeta de la galaxia de Andromeda que les había sido asignado y volver a ver seres humanos, pero se encontraba acompañado por un androide: el RTX100 de aspecto y características casi humanas.
Por lo tanto, decidió realizar un experimento, siempre había querido jugar a la ouija cuando vivía en el planeta Tierra, si lo hacia en el espacio, seria algo memorable, se dedicó por un par de horas a construir una tabla para jugarla, poco a poco, las letras y los números característicos fueron apareciendo frente a él.
Después de esto, le dijo al androide lo que tenia proyectado hacer, pero éste le advirtió que podría ser peligroso, ya que se tenían antecedentes negativos con respecto a esto, quien la había jugado era presa de circunstancias anómalas, fenómenos paranormales extraños y a veces con costo de la propia vida.
Orión le agradeció al RTX100 sus palabras, sin embargo continuó con lo que tenia proyectado hacer, observó por un momento el rostro ceruleo y violáceo del androide y creyó percibir un destello de preocupación.
Momentos después, la nave se encontraba casi en penumbras, iluminada tan solo por dos velas y los pequeños y titilantes destellos de algunos controles de mando básicos que les permitirían continuar hacia su destino sin contratiempos.
Sentados cómodamente frente a una mesa ergodinamica, sobre la cual se encontraba la tabla ouija y una pequeña plataforma que se movería hacia las letras elegidas por el espíritu, Orión le preguntó al androide:
-"¿Sabes cómo se juega esto?"- a lo cual él respondió:
-"Claro que sí señor, me fueron programados en mi tarjeta de memoria elementos de ciencias exactas como
ingeniería y astrofísica, pasando por todas las gamas del conocimiento humano, hasta lo paranormal y esotérico.
Orión suspiró aliviado, entonces le indico al androide que comenzaran, pusieron sus manos levemente sobre la plataforma, entonces Orión preguntó:
-"¿Alguien se encuentra con nosotros en éste momento?"-la plataforma se movió indicando "sí".
-"¿Quien eres?"- preguntó Orión, la plataforma se movió e indicó: "Agramon".
El androide entonces dijo:
-"Señor, lo que está aquí es un demonio que se alimenta del miedo de los humanos y se llama Agramon"-
Orión no pudo evitar un estremecimiento de terror, a pesar de esto continuó preguntándole cosas al ente, estaba dispuesto a llegar hasta el final...
Conforme el tiempo de la sesión pasaba un humo denso y negro se apoderó de la cabina de la nave, el cual se fue solidificando lentamente, materializando se en un ser repulsivo y terrorífico, cuyos ojos rojos brillaban en la oscuridad.
-"¿Que quieres de nosotros?"- preguntó el androide al ente, ya que Orión había enmudecido y se encontraba como petrificado en su silla, una voz gutural y terrorífica dijo:
-"El alma de Orión."-
El androide entonces dijo al demonio:
-"Te propongo algo, si respondes correctamente a un acertijo te puedes llevar el alma de mi señor, pero si no desapareces de inmediato y no volvemos a saber de ti jamás. ¿Estas de acuerdo?"-
La voz gutural respondió afirmativamente, entonces el androide preguntó:
-"¿Que cosa ha sido, tiene que ser y cuando sea dejará de ser?"-
Pasaron unos segundos interminables de silencio, entonces el diablo dijo:
-"No sé..."-en ese momento el androide esbozó una sonrisa de satisfacción y dijo al diablo:
-"Me temo que haz perdido, la respuesta es: el día de mañana."-
Un grito espantoso se oyó dentro de la nave y el maligno desapareció en los confines del Universo, Agramon había sido vencido por un androide...
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