Bajo la misma piel parte 14
Conocía muy bien la anatomía de mi querida amiga. Sabía que era un hombre vestido de mujer. Me ganó la calentura, me desnudé una tarde de sábado. Toqué mis pechos, con mis manos rodee mi cuerpo. Usaba unos tacones de ella. Baje a la sala donde estaba ella con ropa de hombre sin peluca. Mis pasos se escuchaban por toda la casa.
-que te ocurre.
-¿no te excito?
-claro que sí. Pero entiende
-nada. Hazme el amor. Hazme tuya. – le dije ardiendo en pasión.
Lo tome de la cintura, lo alcanzaba muy bien para poderlo besar sin ningún problema. Sentía mis labios más suaves cada vez que los besaba, él apretaba mis nalgas. Me trepé en él y subimos a mi cuarto. Lamía mis pechos hasta dejarlos húmedos, recorría cada rincón de mi cuerpo a punto de estallar. Con mi boca besé todo su cuerpo caliente, sentía su carne dentro de la mía. El gemía deliciosamente excitante. Nuestros cuerpos estaban unidos en uno solo. Era un sexo dulce, con caricias, besos, bellas palabras pero también era agresivo, caliente.
Y esa la historia que se repetía seguido. Mi cama rechinaba por lo menos cuatro veces a la semana. Me excitaba aún más cuando él se ponía peluca y tacones. Siempre grité que quería más sexo. Lo que pasaba es que estaba enamorada de Friné y no de Luca.
Los días pasaron sin que Friné fuera al barrio grande ni al bar “aquí te vez” nuestras vidas al parecer empezaban a ser buenas. Estaba confundida por no saber qué era lo que sentía, cada vez que veía a Luca me sentía segura, querida, tenía a un amigo que me escuchaba y que me ayudaba con las labores del hogar y que tenía sexo conmigo. Pero lo que sentía por Friné era único, cada vez que la veía me sentía enamorada de ella, veía sus ojos azules, sus hermoso rostro, me gustaba verla vestida de mujer y que me hiciera el amor como nunca.
Mi cuerpo empezó a cambiar y era lo que sospechaba. Platicando en el jardín de la casa le confesé lo que pensé tener.
-tienes días seria. ¿Qué es lo que te pasa? ¿O es que ya no confías en mí?
-si. Lo que pasa es que no me he sentido bien.
-¿qué tienes?
-tengo un retraso de dos meses
-¿crees…?
-si. Creo que estoy embarazada. - se puso de pie. Y me abrazo diciéndome que todo estaría bien.
-todo va a estar bien. Eres alguien especial para mí. Y este bebe, nuestro bebe no le va a faltar nada.
Lloré todo lo que pude. Mi vida cambió desde el primer día en que lo vi. Desde que se me ocurrió la gran idea de meterme a un mundo de la prostitución y sacar a Luca de ese lugar para que tuviéramos un hijo.
Continuara…
|