No lo pudo lograr.
Con las yemas de los dedos apenas rozó el cuerpo frío que comenzó alejarse en su viaje de retorno.
Cayendo vertiginosamente,la angustia y la sensación de fracaso lo ahogan.
Como un latigazo su espalda chasquea sobre la tensa superficie.
Arriba,sin nadie que lo conquiste,el trapecio sigue con su monótono balanceo.
Texto agregado el 14-07-2014, y leído por 164
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