capitulo 1
Tome mis cosas y me dispuse a dormir, un día mas, tan común como cualquier otro y mientras me desvestía mire por curiosidad mi repisa donde ponía cosas viejas; no se si fue la melancolía de ese día o lo distraído que me encontraba que inconscientemente me puse a ver mis viejos recuerdos dejados en esa repisa, cada que tocaba uno era como ver a través del tiempo y ver mi vida desde otro ángulo, y en medio de todos esos recuerdos, una pequeña caja llamo mi atención, yo sabía que ahí se encontraba mi viejo reloj de bolsillo, sin embargo un instinto de curiosidad el cual desconocía me invadió por completo y abrí la caja sacando el reloj, tome aquel viejo reloj de mano, sabía que ya no serbia pero la curiosidad me hizo abrirlo después de tanto tiempo, las manecillas inamovibles a las 7 en punto crearon una gran duda, del otro lado una leyenda que me paralizo por completo decía: don´t forget 08/03/09. Un inesperado escalofrió recorrió mi cuerpo y un solo pensamiento inundaba mi alma... que había pasado ese día que no podía recordar.
De inmediato quise encontrar la respuesta a mi pregunta, pero el solo pensar en ello traía consigo un inmenso dolor de cabeza que no podía soportar, intente calmarme, concentrarme en lo que estaba pasando, pero mientras más buscaba una respuesta, esta mas se alejaba de mi, de pronto como un rayo que parte en dos el cielo, una idea vino a mí; revisar toda mi correspondencia de ese año y ese mes específicamente tal vez ahí encontraría algo que me ayudase a recordar lo que paso.
Guardaba todas las cartas en una vieja caja de zapatos escondida tras de mi escritorio; era una caja muy elegante, por dentro estaba forrada de terciopelo negro recuerdo que la única vez que use los zapatos que venían en esa caja fue en la boda de un viejo amigo al cual no he vuelto a ver; una a una iba checando la fecha de todas las cartas que estaban dentro pero ninguna coincidía, resignado por mi fracasos al buscar, iba a meter todas las cartas que había sacado pero algo llamo mi atención, una de las esquinas de la caja parecía remendada a mano lo cual me extraño pues no debería tener ninguna enmendadura, supuse que solo era un error de fabricación pero recordando lo que mi curiosidad me había llevado a descubrir antes, me dispuse a ver con detenimiento esa enmendadura, cuando la sentí me di cuenta de que había algo escondido entre la caja y el forro de esta, de inmediato quise abrirla así que tome una pluma y con movimientos un tanto bruscos empecé a romper el forro de la caja, al terminar me di cuenta de que lo que había dentro era una carta y una llave un tanto oxidada, puse la llave en mi bolsillo y abrí la carta lentamente, la angustia me mataba sin embargo no quería apresurar mi última esperanza. La fecha era la misma que marcaba mi reloj, pensé que estaba mal redactada al principio, pues decía que era de mi para mí, me causo un poco de gracia leer eso pero mi sonrisa rápidamente cambio de un rostro serio a uno consumido por el miedo.
- querido yo, si encontraste esta carta es porque los sentimientos están regresando a ti y la curiosidad te llevo a encontrar esta carta escondida en una vieja caja de zapatos. sé que esto te parecerá extraño pero es necesario hacerlo, no sé si podrás sobrevivir a esto, la mayoría muere en el intento pero no te culpo, lo que viviste, viste y oíste dejaría loco a cualquiera, y suicidarte seria lo más justo pero no querías morir, pero tampoco recordar, no sé si alguna vez vuelvas a leer estas cartas y dentro de mi desearía que nunca las encuentres pero, si así no fuese siempre podrás terminar esta historia; pero te aseguro algo, si lees todas las cartas que te envié tal vez el final sea distinto esta vez. En estos precisos momentos donde tengo algo de lucidez he decidido escribir una serie de cartas por si algún día quieres recordar lo que paso, ya después de haber pasado el tiempo resulte que veas las cosas de forma diferente, yo en estos momentos no puedo, espero que con el tiempo las heridas puedan cicatrizar y puedas recordad sin sentir dolor de lo contrario aun puedes volver a hacer lo que estoy a punto de hacer. Las cartas están esparcidas en diferentes lugares y cada una te acercara mas a mí, a tu yo pasado, a la historia que nadie conto y que solo tú sabes.
PD. La llave abre un pequeño cajón de la biblioteca central el numero está en la misma llave…
Mientras terminaba de leer un inmenso vacío me embriagaba, como si nada de lo que conociera fuera real, me sentía angustiado, solo, triste, nervioso, quería gritar pero mi mente enmudecía al imaginar todo lo que había detrás de esa vieja carta, y ahora con una llave en mi bolsillo que no sabía si romperla, tirarla o ir tras la pista de lo que había tras ella. Quise levantarme pero mis piernas no respondieron, sentía un miedo desconocido, mis manos empezaron a temblar, mi corazón latía tan rápido que pensé que detendría su latido en cualquier momento, mi boca se lleno con el sabor salado de una lagrima que recorría mi rostro, - y ahora que hare- me decía mientras intentaba calmarme.
Cuando pude recobrar un poco el aliento camine con pasos titubeantes hasta la cocina, sabía que tenía guardadas unas viejas hojas de ajenjo para los nervios, destroce mi alacena pero al fin pude encontrarlas y me dispuse a hacerme un té, sabía que el amargo elixir tranquilizaría mis nervios. ¿Realmente había escrito yo esa carta?, me preguntaba mientras me llevaba las dos manos a la cara. No me había percatado de la hora, sentía que el tiempo se había detenido en esos momentos, mire el reloj inconscientemente y me percate de que la madrugada estaba por terminar; tenía que dormir pero no sentía sueño, tal vez por la adrenalina que tenia aun en el cuerpo. Tome la carta y la guarde en el mismo bolsillo que la llave, al sentir la llave la apreté con fuerza, ya había tomado una decisión. |