En cada suspiro se me va la vida
silencio galopante
viento que se corta
en el tallo de mi cuerpo
colgado
agonizante
desintegrándose entre las miradas
de los cuervos
quienes cantan
los nombres del infierno
como un hechizo
para ahorcar
mi garganta
con flores bellas,
frescas
adecuadas para una muerte
agolpada de personas
con sus llantos de teatro
y sus risas de cartón.
Texto agregado el 16-05-2003, y leído por 443
visitantes. (8 votos)