Caminaba sin saber de dónde venía o hacia donde iba, su mirada perdida naufragaba en sus lagunas mentales intentando recordar que hacia ahí.
La noche anunciaba su llegada con el brillo de la primera estrella y un aire de misticismo se manifestaba como una suave neblina; y la vio ahí, cubierta con un manto de tiempo y polvo, perdida, una cápsula de tiempo que guardaba un recuerdo que se quedo escondido con los años, inmóvil, esperando que alguien lo pudiera encontrar. El sabia que esa banca escondía un secreto pero no lograba comprender que era; se acerco a ella con la mirada fija; por su cuerpo recorrió un escalofrío, el mismo escalofrío que causa la incertidumbre, sin embargo algo dentro de él le decía que tenía que tenía que llegar a esa banca.
Al mirarla, se preguntaba qué relación tenía con ella, porque sentía una atracción involuntaria hacia ese objeto inamovible. Al final decidió sentarse, limpio un poco el polvo que se había acumulado con el tiempo, parecía como si nadie se hubiera sentado ahí en años.
Los recuerdos se agitaban con velocidad en su cabeza, aquel naufrago veía como el mar se secaba ante sus ojos y pudo ver el mundo que estaba sumergido bajo esas aguas sin fin. Recordó porque esa banca era tan importante.
Una promesa era lo que el recordaba, una promesa que hace años se pacto, una promesa que el tiempo no puedo ocultar. La nostalgia invadió su alma y los recuerdos jugaban con sus emociones.
¿Ella lo recordaría?, ¿Podría reconocerle después de tanto tiempo?, se preguntaba mientras veía a la poca gente que quedaba en aquel parque pasando frente a él sin notar su presencia.
Mientras él veía a la luna, la única testigo de aquella promesa, unas manos cubrieron la visión de aquel joven. Por un momento sintió el miedo que causa lo desconocido pero pronto fue disipado por una suave voz que le decía –lo recordaste-.
Tenía años que no escuchaba esa voz pero causaba el mismo efecto de hace años. Tomo las manos de esa persona y se dispuso a dar la vuelta y enfrentar su pasado. Una sonrisa recorrió el rostro de los dos jóvenes y a falta de palabras en ese momento, su cuerpo reacciono abrazándola con todas sus fuerzas, ella conmovida imito su acción pues sabía que las palabras serian inútiles en esos momentos.
Cuando dejo de abrazarla le dijo que la daba gusto volverla a ver. Ella parecía feliz sin embargo un aire de tristeza la rodeaba. Los dos se sentaron en la banca a platicar de los años que no habían estado juntos, desde que se conocieron hasta el día en que ella se marcho.
Los dos se alegraban con cada historia que habían pasado, recordaban también los tiempos que estuvieron juntos hasta llegar al día de su partida, recordaron el momento en que hicieron esa promesa donde pactaron que a pesar de cualquier cosa, se volverían a ver.
En medio de la plática él le comento que se le hacía curioso que no pudiera recordar nada hasta el momento en que se sentó en la banca; ella intrigada le pregunto de donde venia; se quedo pensando un momento y le respondió que se dirigía hacia el lugar de la promesa. De repente se levanto espantado ella le pregunto qué era lo que sucedía. Él le comento que también llevaba un obsequio para ella en las manos, le dijo que lo esperara, que iría a buscarlo. Empezó a buscar por todos lados, era algo muy importante para el ya que contenía el collar que nunca pudo darle.
No podía creer lo que veía, la impresión fue tal que las palabras no podían salir de su boca y sus fuerzas lo abandonaban lentamente.
Su cuerpo yacía en el piso, la multitud estaba presente y los sonidos ensordecedores de las sirenas rompían el silencio. Vio como un policía arrestaba a un señor en su coche, pero lo que más le impacto fue ver que un paramédico le cerraba los ojos y lo cubría con una sábana blanca.
No sabía que estaba pasando, ¿Por qué podía verse a sí mismo?, ¿Por qué nadie lo podía oír?, ¿Por qué nadie notaba su presencia?, la desesperación se apodero de él mientras que las lagrimas recorrían su rostro.
Un objeto brillaba en el suelo, se acerco a ver que era, el collar que tanto había buscado estaba en sus manos.
Dejo a un lado todas las dudas y miedos que tenia, estaba muerto y sin embargo ella lo pudo ver, entendió que su promesa fue más fuerte incluso que le misma muerte.
Con el collar en sus manos llego a donde esa joven lo estaba esperando, no sabía si decirle lo que estaba aconteciendo, tenía miedo de espantarla y de que no le creyera, ella le pregunto si pudo encontrar lo que estaba buscando y él le mostro el collar que llevaba en las manos; le digo que ese día no pudo dárselo porque tenía miedo que rechazara sus sentimientos. Ella le sonrió y le dijo que lo amaba que a pesar de la distancia y el tiempo no podía dejar de sentirlo, le dijo si podía ponerse el collar.
El empezó a llorar de nuevo y le dijo que no era justo, que necesitaba saber la verdad así que le comento lo que le había pasado, le dijo que el ya estaba muerto, que murió en el camino mientras iba a verla. Ella se acerco a él y le dijo que no tenia de que preocuparse, por que los dos pudieron cumplir su promesa de volverse a ver pesar de la muerte.
No sabía que iba a pasar con el pero ella le dijo que no se preocupara pues ella le enseñaría el camino a ese lugar al que las almas van después de abandonar su cuerpo.