Nada que escribir hasta la nueva consonante
puertas y ventanas de mi alma y corazón
están clausuradas para todo evento de la vida
por ahora patear una hoja de otoño
es la aventura más intelectual que se me ocurre.
La tristeza duerme conmigo en la cama de la nada
ando como extraño entre mis propias cosas
mis manos cuelgan del muro de mis lamentos.
Hay en mis ojos una golondrina muerta
mis orejas son embudos de lata fría
por parte alguna de mi ser entra una gota de agua
cerrado como cárcel
pienso en el ayer
cuando mis versos eran el desayuno de todos los días.
Texto agregado el 07-07-2014, y leído por 135
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Lectores Opinan
07-07-2014
Paciencia, que a veces el arroyo detiene su caudal para formar un remanso en el que se reflejan las estrellas. ZEPOL
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