La inquietud
se ha adueñado de mis manos.
En la espera,
reclaman con vehemencia para si
los secretos que tu piel alberga,
en secreto para mi.
Esos que sin pensarlo,
te convierten en promesa para mis ganas.

Es la distancia
cruel barrera al sueño
de hacerte mía.
Complicidad perfecta
que aguarda por el instante
en que los besos nos transformen
en locos amantes,
dispuestos a perderse en los espacios
que una noche mágica
puede ofrecer a los sentidos.

Tu piel en mi piel.
Tu boca en la mía.
Acercándonos.
Finalmente juntos.

Unidos en miradas,
abrazo que no espera.
Caricias que se atropellan
en caminos
hasta hoy desconocidos.
Hambre de piel
que se traduce en deseo
de conocer tu desnudez:
sin vestidos nuestras almas,
sin vestidos nuestros cuerpos

Sin prisas.
Simplemente descubrir
todo aquello que hasta hoy,
parece lejano.
Dejando que tu tibieza,
tu olor,
tu ser,
se vayan quedando en mi piel.

Permitiendo que nuestras formas
se confundan en perfecta unión creadora,
de sensaciones nuevas.
Camino de un cielo,
donde habitan tus estrellas.

Es hoy cuando más que nunca
mis manos quieren alcanzarte.
Necesito paciencia
para tocar este sueño.