me acerqué a mi madre y le vi el rostro de color celeste, poroso... que me pasa, me dijo...estás mutando, le dije... ¿qué es eso?... estás volviendo a nacer...la vi coger un libro, luego, se puso a rezar por horas... la dejé y fui a mi diario laborar... todo el santo día estuve pensando en mi madre... y cuando llegó la noche, casi como que no quise ir... pero fui... las luces estaban encendidas pero noté que el tono era celeste... recordé el rostro de mi madre y entré corriendo... ¡madre!, grité... aquí estoy, en el comedor, respondió... caminé y cuando llegué a su lado, noté que todo su ser estaba de ese color... irradiaba toda aquella luz por todas partes... pensé que estaba iluminada, pero no era así... dijo que me lavara las manos, que paseara a la perro, que cuánto se había ganado en el negocio, y si había tomado porque tenía los ojos rojos... está como siempre, pensé... fui a lavarme las manos y el agua era de ese color... todo estaba impregnado de eso... algo pasa y no puedo entenderlo... subí a mi cuarto, entré a mi baño y me di un duchazo... siempre me ha gustado la oscuridad por ello es que cuando entro en mi cuarto, lo hago con las luces apagadas y con el baño lo mismo, pero, cuando quise afeitarme, encendí la luz... sorprendido quedé al ver que mis ojos estaban encendidos como focos de luz, pero, de color celeste... me puse lentes oscuros y bajé a cenar junto a mi madre y mi perro que no dejaba de observarme los lentes...