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Inicio / Cuenteros Locales / tsk / Sobre diferentes cosas que pueden ser dios.

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Llevaba rumiando la respuesta a aquella pregunta treinta y tantos años y puesto que uno no tenía idea de comerse a nadie, dios no podía ser otra cosa que todo lo que no siendo carne humana fuera comestible. Es decir lo contrario de lo que venía frecuentemente expuesto en los altares, al menos en una primera aproximación. Y con esta frase como que ya podía darse por concluido el escrito, pero dios es también estrujarse un tanto las meninges y no parece de recibo acabar la obra sin guarnición o adorno.
Por otro lado y en relación con lo dicho, aquella noche me iba a servir de cena una sopa de sobre, dos mandarinas, patatas a lo pobre y un vaso de leche grande. Era suficiente colación como para arrojarse a los brazos de Morfeo con garantías y sentirse uno como dios- el de las barbas y el triángulo- después de un despertar consecuente con el descanso producido. Uno tenía la teoría de que los sueños estaban muy en consecuencia con la composición de la cena. Algunas veces, creo que como todo el mundo, lograba una conexión eficiente con mis problemas reales a través de ese mundo desconocido que es el sueño y que creo está muy en relación con los deseos y sensaciones de la infancia siendo una especie de vuelta representada a los tiempos de niño. La vida quizá no sea, aparte de llover, más que una apuesta por nuestras aspiraciones infantiles. A veces el juego llega demasiado lejos y vienen los tiros. Si no había qué introducir al aro chafado que era la boca, ni había sueños ni cosa que se le asimilase. E inclusive tampoco posibilidad de conciliarlo.
También era un poco dios no ser prosaico y saltarse las obviedades. De hecho la cultura era en un tanto por ciento elevado el fruto de tal efecto, de obviar los lugares comunes alcanzando más altas cotas de espiritualidad lindando el desarraigo.
Genaro Talens en sus escriptus politicus lo dejó bien claro: cuando el grajo vuela bajo no queda sobre la tierra un cuajo. Y es cierto, la calma, la lentitud está muy relacionada con las bajas temperaturas y las bajas temperaturas con el vuelo del córvido a ras. En conclusión, que Genaro Talens, además de observador agudo y perspicaz, rima como el mismo dios. Lo que nos pone sobre la pista de si no será el propio Talens disfrazado, el nuevo enviado por la providencia. Así queda apuntado a fin de no llevarnos luego a engaño.
Pero no es este el asunto que me llevaba, sino otra observación adicional. A lo que respecta. Aquella noche había tenido un sueño como de haber tomado de cena sopa de sobre, es decir, algo distinto del que habría producido un filete de salmón o en otro extremo una buena ración de caviar. Un sueño como de postal antigua en blanco y negro en el que un desdibujado papel de sueños hacía de soporte a una película anodina de la que sólo quedaba un vago recuerdo de cena pobre.
Aquella noche, por demás, el grajo había volado todo lo bajo que permite la orografía y la floresta. Lástima que Talens estuviera durmiendo y no pudiera de ello haber extraído alguna sabia lección. Volaba bajo pero lo realmente interesante era la no emisión de graznidos pues se ve que el frío hacía desaconsejable abrir el pico. Por lo que al tema dios se refiere, estaba claro: el último al que acabaran de enterrar.
La injuria como el dios supremo. Se ha dicho en los escritos. Se ha comentado en los círculos del más diverso pelaje y en las tabernas ha sido práctica cotidiana desde el invento de tal institución. Las tabernas eran los periódicos de antes, donde los parroquianos ponían oreja disimuladamente a los comentarios que les querían llover de los carreteros y comerciantes que acudían al pueblo a vender y se alojaban en las fondas. Si la más completa religión es la práctica de la no denigración, el arte de escaparse por los intersticios impunemente también tiene su mérito. Sienta cátedra y se queda con dios quien lo practica. Con el inocente, sobre el que las circunstancias han acordado poner coto. Ha sido siempre pasto tabernario, el inocente, en esta función de necrofagia social émula de la actuación del ave carroñera propia de verdugos inoficiosos pero reales. Quiero decir que han cumplido el mismo fin: el de la limpieza del panorama. Dadme un injurioso con gracia y limpiaré el mundo, se podría decir parafraseando al griego de la palanca pero en materia sociológica. Pero a menudo se encargan de la misión pretendidos ingeniosos que no hacen que meter más yesca. Que no le dejan a uno morir con una sonrisita. Con lo que, es normal, la gente se resiste a meterse en caja. Hasta aquí lo que uno había apreciado. Pero es que hay un nuevo matiz sorpresivo de última hora y lo que uno veía como una falta de profesionalidad en materia de ataúdes de mala gana, resulta que es la gracia del asunto: que se meta en propias puertas el interfecto con un rictus de desagrado en el rostro. El símil sería el de que se cierra solo en su casa propinándose un propio portazo a sí mismo de regalo. Lo anterior pero en lugar de una puerta, con una caja mortuoria haciendo mutis por el foro. El colmo de la sutileza en materia de limpieza étnica.

Texto agregado el 01-07-2014, y leído por 272 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
14-07-2014 ***** vaerjuma
02-07-2014 ***** :) Muy bueno, muy bien, muy entretenido y diferente. Solo_Agua
 
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