Bajo la misma piel parte 12
Me quedé sin aliento al verla. Se quitó la blusa, la peluca y la vi completamente desnuda.
Vi a un hombre de 1.90 de estatura, flaco, de torso largo, con piernas muy delgadas y largas, con un rostro lleno de tristeza y con pocas ganas de vivir. Lo primero que me pidió fue que no la corriera (en realidad ya no sabía cómo nombrarla si él o ella) y después me pidió que lo escuchara. Tomé aire y después de algunos minutos más dijo todo lo siguiente:
-escúchame por favor. Me dedico a esto desde los 15 años.
-¿desde los 15 eres prostituta? – le pregunté sorprendida.
-si. – dijo ella y casualmente el teléfono sonó en ese momento y justamente era mi madre. Lo que me sorprendió mucho ya que no llamó para saber cómo me encontraba después de la muerte de mi abuela. Bajé a la sala para atender la llamada y me tarde un poco más de 15 minutos en el teléfono lo suficiente para que ella sacara sus cosas. Regresé para pedir una explicación a ese engaño. La o lo busqué por toda la casa y nada, se había ido con todas sus cosas.
Pasé sin verla más de dos meses, sin saber de ella. Al parecer dejó de ir al bar “aquí te vez” porque lo vigilé por un buen rato y nunca la vi. Tampoco veía a Luca que en realidad era la misma persona. Me preguntaba del porqué de mi actitud con ella si yo no soy nadie para cuestionar de su vida, era el sentimiento el que me hizo reaccionar de esa manera.
Una mañana me levanté con ganas de saber de él y lo fui a buscar. Días antes encontré un par de fotos que nos habíamos tomado en un parque, tomé esa foto y fui a barrio grande para saber si alguien la había visto.
-disculpe ¿ha visto a esta persona? – le pregunté a un hombre que estaba en la calle fumando.
-no. Pero creo que al final de la calle saben de ella.
-gracias. – caminé al final de la calle, durante el camino vi a muchas personas en situación de calle, prostitutas, travestis que esperaban servicio o esperaban a la persona que les reparte droga y alcohol. Llegué a una bodega muy oscura donde se encuentran unas escaleras.
Debajo de la bodega había una especie de cuartos muy oscuros apenas alumbrados por dos lámparas de color rojo, cada cuarto tenía como puerta una tela en color rojo y podías ver desde afuera a la persona que se encontraba adentro, claro todas las personas que se encontraban en el lugar se estaba drogando o dando algún tipo de sexo servicio. Sin tener éxito regresé a mi casa.
Algunos días después haciendo la limpieza del cuarto donde dormirá Friné vi una bolsa en color negro que ella había olvidado. Abrí la bolsa y en su interior había ropa de ella, una falda, blusa y nos tacones. Después de bañarme vi la ropa y me la probé para ver cómo me quedaba, al verme al espejo me vi reflejada en ella. Tomé mis cosas y empecé a investigar cómo se manejaba el lugar, y la manera de poder entrar como prostituta.
La cuestión es la siguiente, Dante es el dueño del lugar él maneja a todas la personas que ofrecen sus servicios, se le da el 70% de lo que obtuviste en el día y tienes que vivir en ese lugar. Sentía seguridad porque sabía que Friné estaba en ese lugar, una de ellas me dijo que ya la había visto.
Le ofrecí dinero y comida a una prostituta de nombre Jane quien trabaja en el lugar desde antes que Friné. Le pedí que me introdujera en el negocio pero sin que se enterara nadie para investigar y poder sacar a Friné de ese infierno en el que vivía.
Compré ropa diminuta y saliendo del trabajo me dirigía a mi casa para hacer todo mi trabajo de la escuela y en la noche salía corriendo al barrio grande. Llego como a las 4 o 5 de la mañana y después duermo una o dos horas. Estaba realmente muy cansada. Jane y yo nos hicimos amigas pero nunca teníamos la suerte de ver a Friné. Ella trabajaba en el bar “aquí te vez” pero iba poco al barrio grande.
Pasaron más de 6 meses cuando un abogado me fue a visitar para darme buenas noticas. Mi abuela dejó un dinero el cual podía cobrar sin ningún problema pero había una cuenta por más 4 millones de pesos en el banco que mi abuela dejó un testamento diciendo que yo sería la dueña de un negocio de pizzas que tenía al sur de la cuidad. Las ganancias eran increíbles tenia para vivir el resto de mi vida. Siempre pensé que mi abuela guardaba muchos secretos.
Dos meses después de esa noticia me presenté en el negocio y confié en el abogado para llevar las cuentas del negocio. Y yo seguí con mi vida un tanto complicada. Un día Jane me dijo que Friné estaría en el bar dando un espectáculo. Me preparé para ir al bar como debe ser. Entrando al bar me encontré a mucha gente que ya había visto en el barrio grande.
-disculpa. ¿Sabes dónde puedo encontrar a Friné?
-está en los camerinos de atrás. – dice un hombre en la puerta de atrás del bar.
-gracias – fui a la parte de atrás del bar y la vi. Toque a su puerta tres veces
-adelante – dijo una voz delicada.
-buenas noches – dije
-¡¡Margot!! ¿Qué haces aquí? ¿Pero cómo entraste?
-tengo más de 6 meses en esto
-¿que? ¿De que estas hablando? ¿Pero como esteraste? Este lugar es peligroso para ti.
-si ya lo sé pero era la única manera de dar contigo.
-Margot. ¿No te das cuenta de la magnitud del problema? Ya descubriste quien soy en realidad. Soy un travesti. Un hombre que se viste de mujer para ganarse la vida. Tú y yo no somos iguales. Pones en riesgo tu vida por mi culpa.
-¿pero no entiendes? Te amo
-¿que? No podríamos tener algo. Entiende Margot nuestras vidas no son iguales. Mírate estas vestida como ellas. No me digas que estuviste con alguien
-no. Conocí a una chica y ella me ayuda para que nadie me vea.
-¿quién es?
-se llama Jane
-se quién es. – puso los codos en el mueble, suspiro y alguien toco a la puerta. – escóndete en el baño y de ese lugar no salgas para nada hasta que yo llegue.
Continuara…
|