Puede nacer una poesía
Es indispensable, ciertamente, un génesis de estremecimiento orgásmico, una pasión pura, loca, un sentir sin razón, una razón sin sentido: fuente del elixir inspirador.
De la inspiración al fuego, se chispea las primeras palabras, rimas, versos que se avivan, incendio, causa creadora de mi ilusión fatal, mi viejo amor de antaño, embobado enamoramiento, aullido de sentimiento a la luna del alma.
Siempre fecunda, se hace amor y se deshace continuamente para explicar su inmortal esencia.
Nace y muere, y en una no existencia revive en cada suspiro, verbalizada, verbalizada y seductora te encadena a un cielo de ternura y te devora desde el vientre beso a beso con un corazón de boca.
Y al ver luz (la poesía), exige que la lean y la amen o amen y lean, y se encierren con ella a llorar la noche, y le hagan el amor hasta la primavera, y la tengas relinda y que le quieras con fuerza, y la vistas de diosa y la hagas tu reina como tratas a tu madre o a tu hija tierna.
Y en la peor locura, la comprendas llenándola de dudas, haciéndola tu pena, siendo ella tan tuya como la sangre en tus venas.
|