Tus dientes son los de una raza
que no le pone armadura al color cielo
no hay barreras ni trabas que la frene.
Vos no tenes la culpa de haber nacido
con dientes y hambre de un poco,
aunque sea un poco de Equidad.
Seguramente te equivocaste.
Tu niñez de pies descalzos,
tu dormitorio hacinado,
tu necesidad, tu frío y tu hambre,
matrizaron en vos la necesidad
de darle un mordisco a la vida
para que te devuelva un mimo tibio.
Texto agregado el 28-06-2014, y leído por 297
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