Cuando lleges al ocaso
no me mandes postales
ni cartas llenas
de lamentos hacia mí.
No las necesito.
Tus palabras no son más
que palabras vacías
en un papel reciclado.
Sabré sobrevivir sin ellas.
Nunca llegé a pensar
que me hicieras tanto daño,
que me hicieras sudar tanto
en un camino no señalizado.
Pero he conseguido
sobrevivir.
Ahora me toca a mí
jugar a una ruleta,
y lo he apostado todo.
Quizá vuelva a perder,
pero no me importa
porque solo
el coraje del vencido
hace famoso al que vence.
Ese es mi consuelo;
y tu papel reciclado,
mi victoria.
Texto agregado el 27-08-2004, y leído por 152
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
06-09-2004
Ya tengo tu epitafio..."QUE NO SE DIGA QUE NO LO INTENTÓ"
Felicidades.
Mas beso que nunca. tebesoelalma
27-08-2004
Percibo desagravio en tus letras, ansiedad, apasionante dolor y temor al nuevo camino sin poder (pero queriendo) cerrar el anterior. Me encanta. Cariños. nicte
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