(De mi libro con el Corazón Quebrado)
En el mundo no muy lejano, un mundo de donde yo provengo, existe un zoológico de tonos grises que mira a mi ventana, cada mañana me despiertan los sonidos de una manada atrapada en una selva que entremezcla sentimientos con metales forjados.
A Veces, emergen desafiantes los sueños de seres que creen ser poderosos, perfectos y eternos, pero cuando alguien dispara sobre su ego, heridos vuelven resignados al cobijo de su jaula y en ella surgen los miedos y se tornan desconfiados.
Cuando son heridos intentan descifrar quien les ha quitado sus alas y en ese descifrar errante las respuestas llegan a hurtadillas… Aquellas heridas generan una emoción la que les conduce a un aprendizaje que les pinta un color y los vuelve distintos, muchos a veces se sorprenden de lo que pueden entregar tan solo dando una sonrisa, pero cuando el ego vuelve a aflorar nacen oscuras emociones y olvidan lo aprendido, pierden el color, el sabor a gris brota en sus paladares y se tornan tristes…
Una mañana al despertar, descubrí que el zoológico que da hacia mi ventana, jamás ha tenido animales y sin embargo cada cierto tiempo un ser herido olvida el aprendizaje y se encierra en su jaula, a veces no me habla, a veces no me mira, a veces me mira de reojo y ni siquiera me saluda, algunos jamás han dado ni han conocido lo que es una sonrisa, otros tantos se olvidan de sonreír, pero lo más preocupante es que algunos temen sonreír... ¿Y sabes algo? A veces, cuando cae la tarde en medio de esa selva me refugio en mi jaula, siento miedo y entonces siento que no soy feliz y también temo sonreír… |