Y otra vez estoy aquí tratando llamar a la musa que se apaga,
ya lo besos no son el pago para su alma quebrantada,
en la oscuridad de la habitación se observan los pequeños destellos de lo que una vez fue su vida, ya no desea seguir a mi lado,
a desertado las ilusiones de las cuales se alimentaba
y vomita la poca esperanza dada,
entre los sollozos de su voz gritan los lamentos al no poder desplegar sus alas,
mientras que torpemente sus manos una nueva utopía plasma.

Y otra vez estoy aquí tratando de revivir a la musa que su corazón apaga,
ya mi sufrimiento no son el pago para su alma quebrantada,
que al ritmo del vals de sus latidos danza las ultimas palabras,
y yo aquí tratando de renacer a mi pequeña musa que nunca tuve,
tratando de encontrar la paz de los demonios que persiguen mi ser,
lentamente el recuerdo se esfuma y queda frente a mi una hoja en blanco y la pluma...