ESTO ES, PURITITO NEGOCIO.
En mi pueblo, es costumbre comer tortillas recién hechas a mano, ¡ha! que sabrosas son bien calientitas y con un pedacito de queso y acompañado de un café bien caliente, -¡uuhhff es algo que ni el presidente come!. Aquí vive doña Chana su esposo Macario y sus cuatro pequeños hijos, son una familia muy humilde, pues Macario es campesino y no hay mucho trabajo y si alguien tiene trabajo le pagan una miseria.
-¡Ayy viejo! ¿Por qué vienes con esa cara?-.
- ni me preguntes mujer, le di por todos lados y no hay quien me de trabajo-.
-ya no te preocupes, con las tortillas que venda ahora, sale para comer mañana-.
El abrazándola y dándole un beso en la frente le dice
– ¡Ay mujer si no fuera por tu ayuda! ¿Qué haríamos?.-
En eso estaban cuando sale el hijo mayor descalzo.
-¡Cuántas veces te he dicho que no pises a raíz! Estas viendo como estamos sin dinero y si te enfermas como te vamos a curar-.
Estuvo a punto de darle una buena paliza pero doña Chana lo detuvo diciéndole.
-Ya Macario sosiégate, si no trai guaraches es porque se los dio a su hermanito porque los de él ya estaban bien rompidos-.
-¡Ay dios mío! y ahora con que le compramos otros guaraches-.
-Pos vete al cerro y juntas leña, tal vez doña jova te compre una carga ya ves que ella también tortea-.
-Si eso hare y tú también ya ponte a tortear porque yo nomas te estoy aflojerando.-
Don Macario preparo su burrito y doña chana siguió torteando, el sentado en una piedra afilaba su hacha y la miraba de reojo pensando…hasta cuando saldremos de esta pobreza por más que le hacemos la lucha parece que estamos empeorando. Ella amasando y apalancándosele a la torteadora, el calor del fogón la hacía sudar, con el antebrazo se limpiaba el sudor de la frente y despistadamente lo volteaba a ver, pensando… pobre de mi viejo el tan trabajador, pero en eso alguien toco a la puerta.
-Buenos días, vengo de parte del ayuntamiento municipal, si me pueden mostrar su permiso para la venta de tortillas.-
-¿Qué cosa y eso que es? Oi viejo lo que dice este joven.-
- Por lo que veo, no están dados de alta, así que tendrán que pasar a registrarse a la oficina recaudadora, ahí pagaran mil doscientos pesos por la licencia y cada mes pagaran cuatrocientos pesos.
- Pero ¿Cómo? ¿De dónde vamos a sacar tanto dinero? Si no tenemos ni para comer, mejor vallase antes de que-
-¡Ya Macario sosiégate!-
-No vieja como quieres que me apacigue ¡Si esto es una injusticia! Y no vamos a pagar tanto dinero.-
-bueno señores si no pagan tendré que clausurarles.-
-Pos haga lo que le dé la gana, no tenemos para pagar y si tuviéramos tampoco lo pagaríamos.-
-Pues desde ahora ya no pueden vender sus tortillas, de lo contrario se les multara si no respetan, y tendrán que pagar mucho más, de mi parte es todo que tengan buen día-.
- Ay viejita ora si nos acabamos de amolar, esto del permiso es puro negocio, envez de que nos ayuden nos vienen a joder más,esto es puro negocio, puritito negocio mejor ya me voy a la leña-.
-¡Andale pues, ya vete! Y ya no te mortifiques que de algún modo vamos a salir de esta.-
-Ay mujer tu siempre tan optimista, hasta al rato.-
Macario monto su burrito y se fue cuesta arriba, encontró un árbol caído y pronto lo rajo en pequeños trozos, al poco tiempo ya volvia con su bestia bien cargada de leña y se fue derechito a la casa de doña Jova.
-buenas tardes doña Jova, le traigo una carga de leña-
-A que muchacho y ¿Quién te la pidió?-
-No pos yo nomas la traía pos como usted tortea y ocupa leña yo pensé-
-Pues no andes pensando y vete con eso a otro lado-
- andele doña Jovita compremela andele por favor-
-Esta bien Macario si te la compro pero te la voy a pagar a sesenta pesos-
- No doñita como a sesenta si la carga vale a noventa-
-Pues sesenta o nada, ha pero con una condición que me traigas otra igual-.
-Esta bien doñita deme los sesenta varos.-
Macario se fue otra vez cuesta arriba, iba muy enojado y pensando… por que las personas son tan injustas, por que no se tientan tan tito el corazón, ay dios mio así será en todas las partes del mundo, el pobre siempre ha de estar a los pies del rico, bueno al menos ya traigo sesenta pesos y otros sesenta que me den por la otra carga ya es algo en eso pensaba cuando de pronto, una gran piedra se movió, quedando al descubierto la entrada a una cueva, asustado corrió a esconderse detrás de un árbol, de ahí el miraba que del interior de la cueva salían unos destellos de luz, poco a poco se fue acercando y se metió, al ver lo que había allí adentro, salto de gusto pues había oro mucho oro, el gritaba,cantaba ,bailaba.-ora si soy rico, muy rico-. Se quito los pantalones los amarro de abajo y los empezó a llenar de oro, cuando ya se iba una voz de adentro le dijo -Toodooo o naadaaaa- El corrió a la salida pero la gran piedra ya había obstruido la entrada y se volvió a escuchar la voz –Toodoooo o naadaaaa- y como Macario estaba muy asustado vació su pantalón dejo el oro en su lugar y se dirigió a la salida, pero la piedra no se quitaba, una vez más aquella misteriosa voz le advertia -toodoooo o naadaaaa- -pero ya deje todo lo que había agarrado- contesto Macario -toodooo o naadaaaa- se metia las manos en las bolsas, se esculcaba de pies a cabeza –ya deje todo ¡ya abran por favor!- pero la voz insistia -toodooo o naadaaaa- Macario metió la mano en la bolsa donde traía sus sesenta pesos los agarro y los aventó, ahí donde merito se escuchaba la espeluznante voz entonces la piedra se movió y Macario salio corriendo y gritando esto tambien es ¡puritito negocio!. FIN
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