Bajo la misma piel parte 11

Ya había terminado el ciclo escolar en la escuela y era tiempo de vacaciones. Lo que me hacía muy feliz ya que implicaba pasar más tiempo con Friné.
Los días pasaron y en el supermercado vi a dos mujeres tomadas de la mano y en estacionamiento las vi besándome y eso me provocó pensar en ella. No dejé de pensar en eso ojos tan bellos que tiene ella, sus finos labios. En la noche saqué una blusa en color rosa que hacia combinación con una tanga muy sexy, al verme al espejo fue una sensación de placer que nunca había sentido. Bajé a la sala donde estaba Friné viendo la tele. Me paré enfrente de ella y me puse encima de ella.
-que haces – pregunta ella
-siento cosas al verte.
-¿como? Cariño – dijo ella y la besé. Sentí sus labios pegados a los míos y ella respondió a mis besos y caricias los besos siguieron hasta que ella puso punto final a ese momento – ¡no!
-¿qué pasa? – le pregunté
-cariño, no.
-¿pero no te gusto? ¡Mírame! ¿No soy sexy? – le pregunté al ver su reacción.
-claro que lo eres. Eres una mujer hermosa.
-No me importa ser lesbiana
-no. Espera, creo que estas confundiendo las cosas.
-¿no te gusto? - le pregunté.
-no se trata de eso. Se trata de ti de tu integridad. ¿Sabes ya todo lo que dicen de ti por tenerme aquí? Eres muy bonita, pero realmente tienes poco tiempo de conocerme
-eso quiere decir…
-no estoy diciendo que quiero contigo. Solo quiero que me conozcas más.
-esta bien. - dije teniendo la esperanza en que algún día ella y yo fuéramos pareja.
Eso le dije pero tenía muchas ganas. Tuvo que pasar eso para que yo me diera cuenta de toda la verdad, de que alguien vivía detrás de esas pestañas postizas.
Era primavera y el calor estaba a todo lo que da. Era imposible salir sin protector solar, gorra o sombrilla, el sol quemaba. Yo pasaba el mayor tiempo en casa en bikini.
-¿hace mucho calor, no crees? – dijo Friné.
-si quieres date un baño para que te refresques – le propuse.
-yo creo que si – Friné subió para darse un baño, pero subí a decirle que esperara un rato porque el calentador estaba apagado. Cuando subí al baño ella ya no tenía nada de ropa de la cadera hacia abajo. Entré al cuarto y de inmediato se puso una toalla para que le viera sus partes íntimas.
-¡oh disculpa! ¿Tienes un tatuaje? Quiero verlo
-¡no! – dijo ella alarmada
-pero… anda déjame ver tu tatuaje – a la fuerza le quité la toalla
-pero… - dije y ella se tapó con las manos y me encontré con algo que no esperaba ver en una mujer.
-no me veas –dijo con otro tono de voz y esa voz yo ya la había escuchado en otro lado.
-pero cómo es posible…
Y si la mujer que era mi mejor amiga y de la cual estaba enamorada y que era una bailarina exótica resultaba que tenía un aparato reproductor que no le correspondía. Tenía pene y testículos.
Continuara…