Y ahí estás de nuevo,
postrada sobre tu cama,
con la vista en el más allá,
con la mirada hacia el Cielo.
Tu pequeña blusa no encaja,
la pollera te trae a menos,
y el cinturón gris algo ancho,
hace juego con tu autoestima,
que muy baja, está algo extinta,
que por más que mucho te pese,
te hace muy difícil la vida.
¡Mírate!, pareces ida, pareces muerta,
éste deseo ha llegado muy lejos,
ésta obsesión ha pasado su tiempo,
ésta anorexia te está consumiendo.
Te mantiene por los rincones,
te hace querer escapar,
te aísla de tus afectos,
y no parece volver atrás.
Sientes autodesprecio, ira, culpa,
te irritas por no poder más.
Te mareas, te desmayas, te matas,
y el tiempo se detiene en tu cara..
Dejaste la escuela, dejaste tu casa,
dejaste a tus amigos que pensaste que no te entendian,
dejaste tu familia, dejaste tu amor,
dejaste tu vida, astillaste a tu corazón.
Dime hoy qué tienes,
dime si posees lo que esperabas,
Cuéntame si con esas lágrimas,
tu sueño imposible está concreto,
si tus anhelos se han vuelto ciertos,
si el hambre te mostró otro Cielo.
¡Vamos mujercita!, que nadie está muerto,
que jamás es jamás y puedes hacerlo,
dame tu mano, te contaré yo mi cuento,
lloraré contigo en los momentos tristes,
matemos nosotros ésta anorexia terrible,
y que no nos contagie el alma,
que no nos destruya la mente,
verás que juntas, de la mano,
cambiaremos nuestra suerte. |