Amaneció nublado el día en que se levantaron en pie de guerra en la Academia las clases de palabras y los signos de puntuación. En el estrado y ante el juez fue el verbo el primero que hizo un pliego de quejas:
- Estoy harto de presidir siempre la acción. Sin mí, no hay oración y estoy cansado de llevar el peso de la comunicación.
Cuando llegó el turno del sustantivo, estas fueron sus lamentaciones:
-Estoy fatigado de, amén de otras funciones, ser siempre el núcleo del sujeto. No tengo más respiro que en las oraciones impersonales.
Por su parte el adjetivo se lamentaba de ser siempre el escudero del sustantivo y de su papel secundario.
Y sucesivamente el resto de las palabras fueron exponiendo ante el juez las razones de su hartazgo:
irritados se mostraban los adjetivos determinativos de su función de determinantes; los adverbios expresaron su cansancio de expresar diversas circunstancias; las preposiciones y conjunciones, de ser nexos y los pronombres ,de su significación ocasional.
Al tomar el relevo los signos de puntuación, iniciaron sus lamentos los puntos suspensivos, tristes por dejar siempre la oración en suspenso. Los signos de interrogación mostraron su indignación con su tarea de expresar tantas dudas. La raya manifestó su fatiga al tener que anteceder siempre las intervenciones de los diálogos.
Y así, unos tras otros, manifestaron sus quejas en la Academia, hasta que el punto final, también descontento, cerró todas las intervenciones como tiene por costumbre.
El juez,un tanto fatigado ante tal cúmulo de quejas, dictaminó que de aquel día en adelante cada palabra y cada signo actuara libremente en el reino de Anarquía.
Y desde aquel infausto día la pródiga imaginación, no encontrando un canal adecuado a la comunicación, ha desertado, con un cartelito que pende de su mano que dice: "por cerrado defunción."
Nota: este ejercicio salió de una idea del chat con raulrojas y dossiete. He tenido que reescribirlo porque sin querer le di a borrar. Estoy menos satisfecha con esta segunda versión que con la primera ( ya se sabe lo de las segundas partes) pero bueno, ahí va. |