TODO
No hay ecos en la casa.
La lapicera duerme
sobre el silencio del papel,
hoy, nadie quiso usarla
para contar nada,
para escribir
tan sólo un decir amoroso
dedicado al amor.
Mi mano la busca
y sin pedirle permiso,
allí, a solas,
mano y lapicera,
es cuando el milagro
se produce,
la magia envuelve
al silencio tenue
y nacen las palabras.
Una a una vuelan,
se visten de vos,
se pueblan de tu ternura,
se corporizan con tus besos,
se agrandan con tu recuerdo,
y están presentes
en el decir amoroso de un verso.
Y te tengo, te toco,
te acaricio,
te miro,
te beso,
te amo,
y ya el milagro se produjo,
y así de pronto,
mi piel junto a la tuya,
despacito,
lentamente,
te va diciendo
lo que siento,
te va diciendo todo,
todo, todo.
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