Son las once y media de la noche, la estación del metro esta vacía; todo luce muy solitario, tan sólo yo me encuentro esperando en el andén.
Volteó a ver con ansiedad el túnel por el que emergerán los vagones, con la esperanza de que lleguen pronto.
Los segundos pasan largos, interminables; ni un sonido tan sólo silencio...Absolutamente nadie a mi alrededor, comienzo a tener la sensación de que la atmosfera que me rodea es asfixiante y por momentos aterradora.
En eso me encuentro pensando, cuando observo que una luz se ve a lo lejos en el fondo del túnel, que anuncia la tranquilizadora llegada del metro a la estación.
Al llegar los vagones al lugar donde me encuentro, las puertas se abren e ingreso al interior del metro, al hacerlo las puertas se cierran atrás de mí.
Me siento en un lugar al fondo que se encuentra junto a una de las puertas, para poder salir en su momento lo más rápidamente posible.
En eso, observo en el otro extremo del vagón, en el otro asiento del fondo a una persona, pareciera que dormitara por que se encuentra cabeceando, no alcanzo a distinguir su rostro, por que su cabello largo es como un velo y esconder la cara de su dueña.
Entonces, llegamos a un tramo del camino en donde todo parece vibrar, entonces veo que el cuerpo de la mujer del fondo se comienza a mover violentamente, sobre todo la cabeza...Comienzo a contar las estaciones que faltan para arribar a mi destino: son dos, tan sólo falta una y terminará este suplicio.
Cuando vamos transitando por el túnel de la última estación escucho un crujido primero muy suave, después más fuerte; procuro no voltear, sin embargo la curiosidad me gana por que siento algo junto a mis pies y cuando miro hacia abajo descubro algo realmente aterrador: parece que la cabeza de la mujer del fondo ha rodado hasta donde estoy, tiene los ojos muy abiertos, me quedo observándola un par de segundos, quiero gritar pero ningún sonido sale de mi garganta...
En cuanto llego a la estación y las puertas se abren salgo corriendo, un hombre con una gabardina se baja del otro vagón, parece que trae un cuchillo en la mano derecha, ya sé la suerte que me espera...estoy viviendo en carne propia una leyenda urbana...
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