Sueños son

La vio idéntica a la mujer del sueño de la noche anterior cuando llegó con su maleta, presurosa, para abordar el autobús que saldría en pocos minutos y no dudó en hablarle.
-Eres Maritza, ¿no?- preguntó Gabriel y ella asintió- Sabía que te encontraría aquí, que ese es tu nombre, que me darías tu teléfono y que formaremos una familia para ser felices por siempre...
-¿Soñaste eso? -preguntó ella mientras subía al vehículo que ya calentaba su motor.
-¡Dame tu teléfono! -reclamó él angustiado cuando vio que se acomodaba en un asiento y bajaba la ventanilla.
Cuando el autobús comenzó a moverse ella respondió: "Anota ahí".
Gabriel, feliz, sacó un papel del bolsillo de su camisa y se dispuso a escribir las palabras que Maritza le decía:
"Los sueños, sueños son", logró escuchar mientras el autobús emprendía su marcha y se alejaba dejando una nube de polvo tras de sí.

Alberto Vasquez.