Vivo el sueño del olvido, vibran las sensaciones, preguntándome todo, contestando nada. Imagino, sueño, cosas imposibles, cierro las puertas, pero se abren las ventanas de mi casa, subo las persianas, dejo entran las calidas ondas de un día que comienza. Pensando en hoy, quizás recordando el ayer, pero no proyectó un mañana.
Estamos todos sentados, estamos del mismo lado, no nos miremos como extraños, no subas la vos, porque estamos mas que cerca.
Todavía suenan, en mi ya cansado oído, tus suspiros, y el eco de tus “te quiero” reprimidos.
Pero me doy cuenta, de la realidad que pintaste con tus labios, miro el reloj, y lentamente bajo las persianas de mi casa.
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