“Ando como un desventurado náufrago
Entre la multitud,
Como ansío que me rescaten tus bellos ojos verdes
En medio de este mar interminable de miradas”
Me tomo muchos años
Olvidar: nombres, rostros, ausencias
Paseos bajo la encina, la pasión de una mujer
Destino indescifrable.
Vivir pendiente de un desamor
Dejar de insistir, estar atado al pasado.
Tiempo de partir
Sin dejar huellas en la arena
Lo bueno breve
Dejar pasar el viento
No desear más
Desplegarme hacia el interior
Partir y llegar
Sin ausencias ni despedidas
Sin gestos ni lamentos
Dejarlo todo
Para que nada me sea negado.
Pasajero de la vida
Preparado para partir
Ligero de carga
Sin añadir nada a lo vivido
Mi única certeza es “AHORA”
Sentir la juventud y fortaleza
Que otorga la certeza de ser
Aquí y ahora
Sin cuentas ni cuentos que hacer
O justificarse
Con nada
Con nadie.
Imagina por un momento
Caminar sin estar pendiente
Más que en este mismísimo instante
Reducto y fortaleza intacta en contra
De antros y lupanares
Que solíamos visitar a escondidas
Naturaleza agónica
Ya no lucho más contra mis instintos
Porque soy un único instinto
De libertad
Libertad desplegada y asumida.
Muere el sol junto a la ventana
Los rumores de la ciudad llegan apagados
Tu cuerpo yace lánguido entre las sabanas
Dorado bajo los rayos de luz
¿Duermes o sueñas despierta?
Sentado al fondo de la habitación
Fumando en silencio
Disfruto intensamente de esa visión
El destino nos juntó por un breve tiempo
No antes ni después
Cuando era tiempo de amar y desear
De hablar y soñar
Pasaron los años
Y nada de eso quedo
Paso como pasa todo en la vida
Porque el desarraigo es lo que permanece
No el amor ni la compañía
La mesa del bar exhibe una ruma de botellas de cerveza vacías
Algún cigarrillo aún humea en un cenicero
No hay nadie sentado alrededor
Todos se marcharon
Después de haber hablado, reído, soñado durante horas
Cada quién se marchó a casa como pudo
Infinidad de botellas y cigarrillos
Han desfilado frente a nosotros.
Incontables amigos y amantes
De los que apenas recordamos sus nombres y rostros
Así es y será siempre
Breves instantes en un mar de soledad
Besos, risas y caricias que se desvanecen en el tiempo.
Me bañe al pie del acantilado
Bajo el límpido y perfecto chorro de agua
Que desciende de las montañas
He limpiado mi cuerpo y mi espíritu
Ese espíritu poderoso que habita en todos nosotros
Ese espíritu que me hace intuir
A más de 1500 kilómetros de distancia
Si algún ser querido sufre o está en peligro
El agua pura se lleva todo lo malo y negativo
Que durante tantos años atormento mi vida
Ahora vivo mejor y más ligero que una pluma
Y miro cada amanecer de mi vida
Con la certeza del hijo de un poderoso espíritu
Que me habita y me da poder
Y que me hace uno con el sol que despunta en el horizonte
Con la luna que brilla en la inmensidad de la noche
Quedaron atrás las conversaciones sobre Ouspenski
En la casa de mi amigo José,
Rosa María y Mónica bañándose en una playa del sur.
Julio y los demás leyendo a Hegel y Marx en los salones de San Marcos,
O Pepe con su voluminoso maletín
Lleno de clásicos griegos y latinos,
Aquel otro José copulando con prostitutas
De la calle Capón mientras elaboraba su poesía,
Shanty que dubitaba entre Lingüística y Literatura y deseaba en silencio a Mónica,
A Víctor Hugo encandilándonos a todos
Con su saber enciclopédico en el Patio de Letras,
Alfredo, ya fallecido, amando sin ser correspondido
A una chilena ingrata,
A Cronwell balbuceando sus primeros borradores de novelas,
A Dalmacia y su pareja bebiéndose toda la cerveza del Wony,
Y los demás poetas lanzando su manifiesto
Y todos juntos,
Catedráticos y estudiantes creyendo a pie juntillas
Que la revolución estaba a la vuelta de la esquina.
La muerte espera agazapada en alguna esquina
Queriendo llevarnos antes de tiempo,
La muerte fue alguna vez,
Una mujer joven de piernas largas y risa fácil
Parada en una esquina cerca de la avenida Grau
Un hermoso árbol en medio del tráfico atronador,
A ti acudían incontables marchantes
Pagando por un poco de amor
A nadie le importó que vinieras de las tierras del Norte
Que te sedujo un hombre mayor a tus 13 años
Mientras te ganabas la vida vendiendo helados.
Alta, de risa fácil y largas piernas
Eras el beso de la muerte que esperaba en una esquina,
Eras uno de los rostros de la muerte.
Ya no me atemoriza que espíritu traerá ahora el viento a revolotear junto a la ventana,
De lo poco que queda en esta tarde
Y un mar que se agita a lo lejos
Ya no me interesa escuchar más mentiras
Sobre el amor y la vida,
Que pocos en realidad conocen.
Tardas en llegar, como la noche
Cierro fuertemente los ojos
Y te imagino como aquella vez
Que dormías a mi lado,
De nada sirve anticipar los hechos
Ellos se darán y nosotros tendremos que aceptarlos
Pero si somos indiferentes a su curso
Nada ni nadie nos tocará
Ni siquiera la misma muerte.
Alguna día me encontrarás en el viejo mirador
Desde donde solíamos contemplar la ciudad,
Recostado contra un inmenso eucalipto
Fumando con placer mi último cigarrillo
Pensando en ti o deseándote
Hace mucho tiempo que te marchaste
Y no sé más de ti
Te marchaste en silencio
Tan sigilosamente
Que muchas veces pensé
Que a lo mejor fuiste solo un sueño.
A veces escucho tu voz junto con la lluvia
Lejana...Confusa
Qué claves ocultas existirán en este universo,
De puertas que nos llevan a lugares ignotos
De signos y señales que nos advierten
De cosas grandes y terribles.
O que simplemente me susurran
Que besarte era como besar el agua,
Fresca y juguetona,
Como besar el viento
Inmenso, inabarcable.
Sobre el mármol de la pequeña mesa
Yace una rosa,
En breves instantes una fuerte brisa
Simplemente la borrará de la vista
¿Llegarás tú antes que eso suceda?
Vine de muy lejos hacía ti,
Nada hacía presagiar que fuésemos amantes,
Solo esa ligera corriente que nos turbo a ambos
Cuando nuestras manos se rozaron sin querer
Una tarde de Octubre,
Pero nada ni nadie
Hubiese adivinado nuestro romance
Me alcanzara la tarde
Y porfiando espero por ti
Hasta que esté cerrada la noche
Y me inventaré otra piadosa excusa
Por tu ausencia.
Te recuerdo cuando la lluvia caía copiosa
Y los relámpagos iluminaban tu bello rostro
Y te protegía bajo mis brazos.
No recuerdo si te juré amor eterno
Pero como siempre ocurre
Los amores más grandes son aquellos que no se realizan.
Pero tu belleza se quedó para siempre
Iluminando mis días
Y eres el recuerdo que ya no me molesta
Ni me atormenta
Solo una leve brisa
De cuando en cuando me llega desde el oriente
Danza el agua en la oscura pileta
Magnolias olvidadas en alguna parte
Se apaga de a pocos la tarde
Mientras voy mirando escaparates
Parejas bulliciosas beben en un local
Estoy solo
Mientras camino entre un río de gente
Entre las luces centellantes del tráfico
A diferencia de antes camino muy lento
Porque ahora sé, que tú no me esperas más en la acera del frente.
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