Deja que me ensortije los dedos con tu pelo yedra y bese esos labios con tierna firmeza. Hazme sentir tus latidos sobre mi pecho sediento entrelazados los pies, cómplices los gestos. Sintamos agitar los cuerpos dándonos todo el cariño como soplido cálido en nuestros ombligos.
Texto agregado el 27-08-2004, y leído por 164 visitantes. (1 voto)