Del 4 de diciembre de 1964 al 29 de octubre de 1969 viví por segunda vez en mi natal Durango, México... en la época de mis veinte años. Guardo exquisitos recuerdos de mis amigas y amigos del Café (La Benavides) Hoy he regresado en estas letras:
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un viejo café...
Un viejo café marcó aquella vida
de aquellos muchos que eran todos
y fueron quedando tan solo pocos
no tantos los que llegaron...
sumaron menos por los que
a tiempos sus pasos lejos se los llevaron
así... de aquel café quedamos nada
sólo unos cuantos que sin olvido
llevamos cantos, rizas y llantos
de aquellos muchos que abandonaron
y tal... que siempre estaban todos
Hoy de sillas y tazas vacías...
queda lleno aquel café
con solo cruces o lápidas
y adioses en despedida
mesoneros viejos que miran
puertas que no abrirán
De aquellos días ya llenan sus vacíos
amaneceres ruidosos con vinos y amores
que no vendrán... pero hay humor
y gran sabor de plenitud con esperanza y fe
de ser eterna la juventud que ahí vivió