Mi abuela me dijo que te conquistaría por la comida. Que aprendiera a cocinar y que el resto se acomodaría cual receta mágica.

Mi padre me dijo que sería yo quien te eligiera. Había nacido dotada para ello, que con el tiempo todos lo veríamos.

Mi hermano me dijo que con ese carácter me quedaría sola. Me hice de una rutina de cinco años y la carrera cambio mi mente, ahora estoy lista para verte para dejar que me veas.

Mi madre estuvo callada casi todo el tiempo. Ahora entiendo que aquello era así porque confiaba en mi criterio, tanto más que el suyo. Y yo creyendo que no me quería.

El grifo nunca cambio la temperatura del agua al salir, que no me aviso que eras tú como acordamos.

Walter, el todo, esta vez dejo que obrara a mis anchas. Mujer madura, menos insegura de sus virtudes, con la marca de algunas décadas. Hazte cargo de esto que tú siempre puedes….aquí estoy, donde estés estaré.

Me gustas y me dueles. No eres perfecto y me gustas más por eso. Caramba, cuanto he crecido! No soy perfecta y me tranquiliza saberlo. Te gusto así como me ves y me encuentras.
No he tenido que usar ninguna estrategia para agradarte. Me percibo calma. Mi corazón no se precipita. Que sabio que sabe el tiempo….se carga de experiencia. Aprendí la espera y a que no lo hagas todo según espero y que mi ser no se enoje y te juzgue por aquello que sientes aunque no siempre manifiestas.

El amor es esa idea que nos formamos de algo, que puede ser un alguien u otro tipo de naturaleza. La idea es tan propia que es imposible apalabrar sin traicionar su esencia. A veces se borra, se esfuma, se desvirtúa…..otras tanta adquiere matices, cobra forma, hasta tiene un nombre para cada uno de nosotros.

Esta idea que tú representas me sabe exquisita. Me recuerda al color de la pera y me encuentro casi perdida en el semblante físico. Que es invento ya lo sé!.....pero que bien que se ve esta idea. Eres bueno, lo sé. Te vas anclando cada vez más en mis días.

He avanzado un poco más. Existe una estrategia cognitiva de imaginar las situaciones que representan limitaciones. Enfrentarlas en la idea una y otra vez nos permite generar estrategias anticipadas a ellas y resoluciones que en lo real pueden verse opacadas.

Pues yo juego positivamente con ellas. Imagino nuestras escenas de pareja. Situaciones de la casa, de tus actividades y las mías. Juego con tus orejas, te hablo despacito cuando duermes y te las acaricio cuando vemos el partido.

Te gustan mis comidas, aun cuando no saben bien. Pero ambos conocemos que fue aquello lo que nos unió por vez primera. Una tortilla de papa que querías hacer para agasajar a tu padre.

Un día de estos la preparemos juntos. Tus tendrás listos los ingredientes y yo llevare mi sartén y el vaporizador. Me ayudaras a cortar, pelar los ingredientes y mientras esperamos a que se haga me contaras de a poquito eso que vienes sintiendo pero que aun no te atreves a decirme. Ya he dado el paso, la clave…estoy en tu territorio y sin mis clásicas defensas.

Que dices? …me invitas a tu vida y te cuento de la mía y en una de esas comemos perdices!!!