ya van siete veces que voy al mismo cine, la misma película y la misma butaca y la misma hora... la gente me mira de manera especial... puedo entenderlos... soy un ser muy especial... no existo... nunca he respirado... y jamás nadie ha podido ver qué soy y hacia donde voy... ni yo mismo lo sé con exactitud... pero sigo mirando la misma película... y todo trata de un invitado que llega a una casa llena de gente que le espera y quiere que nunca se vaya... pero, pasan las horas y las horas y cuando quiere irse y trata de salir, las puertas y las ventanas y cualquier salida o vista a la calle, está sellada... y la gente que le ha esperado lo miran de manera especial, como si toda la vida le hubieran esperado a él... le dicen si desea algo, y él dice que quiere salir... no puede hacerlo señor, responden... ¿porqué?... pues, no lo sabemos con certeza, pero de lo que sí sabemos es que usted tiene que darnos algo, algo muy importante para todos nosotros pues estamos muy cansados de haberle esperado y ya queremos irnos de una vez y para siempre... ¿qué les impide irse?... no sabemos el porqué estamos aquí... todos hemos llegado sin saberlo, nos han invitado y hemos acudido y no sabemos qué hacer para salir... y pasa el tiempo y nos quedamos dormidos sin entenderlo, y cuando despertamos, estamos aquí mismo, sentados en un sofá, en una sala, y una voz que brota de no se donde que nos dice que debemos saber el porqué estamos aquí... y como no viene nadie por meses, esperamos a que venga alguien y nos diga qué hacer...
de pronto, todo empezó a oscurecer y todos quedaron dormidos... y cuando despiertan, están allí, sin recordar cómo llegaron y sin saber nada mas que estar así, esperando... y cuando se abre las ventanas, sienten que no deben salir... aquella misma voz que es escucha y que calla cuando aparece otra persona...
no les cuento el final porque ustedes tienen que verla... pero, la verdad es que no sé hasta cuando estaré entrando al mismo cine y con la misma película que jamás tiene final... y si supiera el final, jamás lo escribiría, pues, como les dije, jamás he existido ni respirado... |