La brisa de verano entraba suavemente por la rejilla de ventilaciòn, era una noche tranquila, las estrellas parecìan estar pintadas sobre un lienzo negro. nadie hubiese podido decir que aquel instante fuese diferente de cualquier otro. aùn asì, la prueba de tal error yacìa quietamente bajo el microscopio, en una humilde càpsula de Petri.
La luz del escritorio velaba aquel lugar y le daba el marco ùnico de una visiòn revelada...
- Veinticinco años... Susurrò.
Una cifra insignificante, en la historia de la humanidad, pero media vida en el pequeño universo del investigador.
En el silencio del lugar, las`imàgenes en su cabeza se mezclaban traviesamente; ancias,dudas,esperanzas y temores correteaban de la mano, como niños salvajes.
Finalmente se revelaba el misterio, el origen, la espuesta a las eternas preguntas, aquel eslabòn perdido se mostraba desnudo bajo la lente acusadora del microscopio.
-Todo se ha resuelto, èsta es la razòn de còmo somos, de porquè somos, de para què somos...
Un vacìo se colò en su mente, como si un camino se cortara abruptamente y el horizonte desapareciera en la nada. La angustia lo invadiò y un dolor de muerte le atravesò el pecho, llevò su mano al corazòn, intentò caminar hacia la puerta; pero cayò pesadamente sobre el escritorio.
Ante sus ojos agonizantes la càpsula se rompiò en mil pedazos, sonriò con su ùltimo aliento; y el Hombre volviò a ser un misterio. |