Afuera suenan las gotas de lluvia contra el pavimento. Cientos de libros desordenados por doquier, en la mesa, el escritorio, en los estantes, apilados uno sobre otros en el piso y en cualquier lugar disponible. Y entre esa montaña de libros, se encuentra el: Carlos Montes, periodista, aprendiz de brujo, encantador de serpientes y lobo solitario. Como suelen llamarlo alguno de sus amigos y enemigos. Teclea furiosamente su computadora, rodeado entre escritos y notas. Una taza de té verde y un cenicero lleno de puchos de cigarrillos a su costado. No ha dormido en toda la noche. Tengo que terminar este articulo a como dé lugar-se repite con insistencia-. Ha sucedido otra vez, un grupo de periodistas, ex -autoridades corruptas y su séquito de incondicionales han lanzado una feroz campaña contra el actual gobernador de la región. Carlos sabe muy bien cómo es esto: lo vivió cuando apenas tenía 14 años y su padre era alcalde de una provincia de su país. Cuando el fiscal del distrito coludido con el juez del lugar asesoraron a los candidatos perdedores de la última elección municipal y le inventaron una falsa acusación sobre una malversación de fondos. Y después la orden de captura que lanzaron contra su padre sin respetar el debido proceso, que exigía primero un proceso administrativo para levantar la inmunidad que como alcalde le correspondía. Nada de eso fue respetado. Y luego que su padre prefirió huir antes de caer preso ante semejante patraña jurídica. Todo lo que vino después, mítines, campañas de desprestigio en la radio y televisión locales, panfletos envenenados de odio y mentira, en fin toda una serie de ataques y vejaciones de lo más ruin. Carlos y su familia tuvieron que enfrentar todo eso, en un pueblo pequeño. Donde los habían convertidos en parias, en apestados por la comunidad. Cuando de tantas amistades solo quedaron dos o tres amigos fieles y el resto les dio la espalda. Cuando antes buscaban a su padre para pedirle uno y mil favores. Todo eso estaba grabado con fuego en su mente. El conocía personalmente al gobernador del lugar, sabía que no era un santo, pero tampoco un vulgar ladrón. Y en los escasos tres años de su gestión había hecho mucho más que aquel otro ex -gobernador que en dos periodos seguidos no había hecho otra cosa que llenarse los bolsillos con el dinero de la gobernación. Claro, ahora con todo el dinero robado, tenía los medios para movilizar a los medios y a un séquito de sinvergüenzas que querían llevarlo de nuevo al poder para poder seguir gozando de las prebendas del Estado. Y además estaba aquel sinistro personaje que fungía como su principal asesor, un tipo con un pasado oscuro.

Pero él tenía en sus manos una poderosa arma que demostraría la calaña de tipo que era el financista y principal instigador de esta campaña. El era el asesor del ex-gobernador y el verdadero poder detrás de todo. Solo tenía que darle la forma adecuada, para que todo el pueblo pudiera entenderla y de esa manera desenmascarar a semejante truhan. Él había logrado descubrir un antiguo proceso que había estado enterrado en los archivos del poder judicial de la capital. Era un proceso de robo y estafa que había cometido este asesor e intimo amigo del ex-gobernador hacía ya varios años en el norte del país. Se había apropiado de más de 200 mil dólares de una cooperativa de la cual él era gerente y luego de cometido el robo se había hecho humo. Estuvo escondido varios años, viajando con otro nombre por diferentes lugares. Hasta que apareció acá, justamente en esta provincia. Llego como un humilde profesor de secundaria y luego se fue introduciendo en la cooperativa del lugar. Luego de algunos años había logrado escalar hasta convertirse en sub-gerente de la misma. Y justo cuando hacía dos años atrás y su partido político había accedido al poder, de pronto nuestro personaje apareció con el título de abogado de la noche a la mañana. Era más que seguro que una universidad donde el partido gobernante tenía mucha influencia le había dado el titulo sin estudiar. Y ahora, este ladrón ocupaba 9 cargos importantes, entre ellos había sido nombrado como la máxima autoridad de las cooperativas del país. Y por si fuera poco lo había nombrado recientemente, gracias a su poder político, en el gerente de las dos cooperativas más importantes de la región. Todo el mundo se inclinaba ante su nuevo poder. Todos le rendían culto y pleitesía. Justamente este personaje era el principal instigador y financista de la sucia campaña en contra del gobernador. Pero Carlos, estaba seguro que ahora iba a cometer un robo descomunal. Ya no serían los 200 mil dólares sino mucho más. Por sus manos pasaban ahora millones de dólares. Carlos tenía las pruebas y su artículo, sumamente detallado y documentado iba a ser publicado en el periódico independiente más importante de la región al día siguiente. Al fin se haría justicia-pensó-mientras le daba termino a su artículo.

Tan ensimismado estaba en su trabajo que no se dio cuenta que alguien había entrado a su pequeño departamento situado en una zona apartada de la ciudad. Lo último que pudo ver fue un fogonazo que lo deslumbro y luego fue la oscuridad total. Afuera la lluvia seguía golpeando la acera del pavimento.