_ _ _ _ _ _ _ _ _ I _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
Déjame amarte así
en el silencio de mis horas lánguidas,
en el torbellino de los días sin tiempo,
en las sensuales gotas de rocío,
en la briosa placidez de los orgasmos
con el beso furtivo de los amantes fatigados.
Déjame así, amar como te amo, de cerca
y a la distancia en el recuerdo del olvido;
entre alelís de ilusión y ensueños.
Escuchando cómo el silencio de mi corazón clama por ti,
estigma tu nombre en secreto
y se desangra en versos que ilusionan al cielo
esculpiendo siempre francófonos poemas,
poemas saciados de bocanadas de aire fresco.
Soy el recuerdo del poeta que aún escribe…
…un poeta que no ha muerto.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ I I _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
El reflejo de la soledad me saluda desde
el espejo de aquel húmedo rincón.
Me siento en el baúl lleno de recuerdos
en el cual por algún efímero tiempo
guardé las promesas rotas y el olvido;
araño sus presillas que muerden
los sueños de barro de mis uñas
cual fieras hambrientas de verbos.
La tristeza me hace guiños veleidosos
desde lo alto y lejano de un cielo
que peca en demasía de nublado;
me viene encima una ilusión inerte
de que la muerte se siente a mi lado
y en un extraño vómito de lenguaje
lúgubre pero cálido y místico
me susurre al oído en silencio estridente:
¡Ven conmigo!
Pero la vida se ríe a carcajadas
y me clava a la pared de la existencia
construida con ladrillos de polvo de nostalgia
mezclados con piedras de felicidad granulada,
ésta, está erguida sobre los cimientos
de una fatídica pero inevitable realidad.
Me dice que nací poeta una vez, una sola,
para poder morir en mis poemas mil veces.
_ _ _ _ _ _ _ _ _ I I I _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
…y la poesía habló
y comenzó a sonar el silencio
así el sonido se hizo mudo
para escucharle, para apreciarle,
la oscuridad se sació de luz
luz plasmada en versos y sueños,
dueños de ellos son los poetas
y en su mundo habitan fantasías
y oníricas palabras que sin cumplirse
se vuelven brasas de hielo incandescente
cual gritos de silencio, silencio de melodías:
canta el reflejo de Orfeo en el espejo del óbito lunar
que de vacío se llena y se vacía de lleno,
caen sus destellos y echan raíz,
la tierra se inunda de frases y así
se siembra en surcos de retórica;
el fuego se convierte en frío ante ella
y Lo álgido se transforma en fuego
al verle pasar por el viento,
el campo seco florece... se vuelve verbo.
La poesía habla y se derrama
por la cascada de letras que de ella brota,
en la corriente fuerte, dócil cae al fondo
donde taciturnas las rimas reposan
de recursos, de recuerdos, de sentimientos;
renacen húmedas entre rocas calizas.
El corazón es un ave herida y sedienta
que baja de prisa a beber del manantial
del cual, el habla a borbollones emana
y saciada y henchida emprende de nuevo su vuelo;
sigilosa va sin rumbo fijo, esperando
sólo encontrar el numen anhelado.
Así la poesía habló, así nació el poeta,
la voz se hizo universo y la palabra estridente
al fin se escuchó en silencio.
Alejandro Ornelas ® |