...no se si medir el tiempo,
a estas alturas da igual,
rebasa su ausencia las medidas mundanas,
rebasa su ausencia distancias imaginadas.
Son varias noches, tardes, amaneceres
incontables pedazos de tiempo sin su presencia,
incontables espacios vacios sin su mirada.
Y aparecen como una necesidad de lluvia
en la sequedad del alma estas palabras
para gritar al universo el vacío
que ha dejado su partida...
en mi sangre llevo la suya
en el recuerdo de su sonrisa, de su voz
la esperanza sembrada por sus manos,
la esperanza labrada por ese amor
que rebasa lo humanamente limitado.
En mis manos las suyas mamá.