...Dedicado a mi amada.


En vísperas del Aniversario número dos de esta feliz pareja, un novio poeta se dispone a conquistar nuevamente a su amada con unos halagos improvisados, que fluyeron tiernamente de su corazón.

—Te vi y me enamoré, perdido en la infinita belleza de tus ojos, penetrantes como las flechas de Cupido a través de mi alma, en pleno ritual del amor— dijo él, mirándola a los ojos con la profundidad descrita en aquellas palabras, pero continuó aún, tomándola de la mano.

—Generas en mi alma una supernova de emociones encontradas. Entre ellas, ternura, amor, paz y gratitud infinita hacia tu existencia— remató con una enorme sonrisa.

—¡Qué hermoso! ¡Te amo!—exclamó llena de felicidad, abrazándolo.

—¿Qué? ¿Eso?— dijo extrañado.

—Eso no se compara contigo ni un poco. Es como una gota de agua frente a los océanos del mundo entero—agregó, y la besó apasionadamente.