Bajo la misma piel parte 8

Fue un día que le conté de mis sentimientos a Friné con respecto a Luca, que por cierto no sé quién es.
-¿te puedo contar algo? – le pregunté a Friné
-si. Claro dime.
-casi al mismo tiempo que te conocí, un hombre me defendió de unos maleantes. Se llama Luca.
-¿Luca? - pregunta el.
-si.
-¿lo conoces?
-no. Luca no es un nombre común
-el tuyo tampoco.
-y dime ¿te gusta ese tal Luca?
-si – dije después de reírme
-mira nada más. Mi amiga enamorada.
-es tan hermoso. Tiene una cara perfecta. Pero sabes algo, creo que él no es para mí.
-¿porque cariño?
-creo que es gay. Tiene muy bien afeitada su casa, se depila la ceja.
-bueno a lo mejor es metrosexual – sugiere Friné
-tal vez.
Siempre he tratado de llevar mi vida personal detrás de la puerta de mi casa y solo Friné sabe de mis padres es mi única amiga. También he recibido golpes muy fuetes pero nada como esto.
-eran las 3 de la tarde y regresé de trabajar y mi abue lolita aún no se levantaba. Todo estaba en su lugar, el silencio reinaba en la casa. Subí a ver a mi abuela para saber cómo estaba. Pero ella ya no estaba conmigo. Mi abue ya había empezado el viaje eterno. Mi corazón se llenó de tristeza los servicios funerarios fueron en el pueblo donde vive mi madre. El verla de nuevo me llenó la cabeza de telarañas, le tenía mucho rencor. La última vez que había hablado con ella fue hace más de 3 años, nunca habló para saber de mí y mucho menos de mi abuela. El ver a mi padre fue un golpe muy fuerte, estaba con sus hijos como su nada estuviera pasando y preferí no hablar con él.
Ya habíamos enterrado a mi abue y le llamé a Friné para contarle todo.


-¡¡cariño!! Tenía días de saber de ti ¿Estas bien? – dijo ella al teléfono.
-no. – le respondí llorando.
-¿qué tienes?
-es mi abue.
-¿qué pasa con ella?
-murió
-lo siento Margot. Sabes que aquí tienes mi hombro para llorar.
-gracias.
Ese mismo día en el parque me encontré a Luca y fue como un remolino de emociones.
-hola guapa – dijo una voz que ya había escuchado en otro lado.
-hola. Perdón no te vi.
-está bien. ¿Que tienes?
-mi abuela falleció hace cuatro días.
-lo siento. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?
-no. Ya todo quedó arreglado y ella está en un lugar mejor.
-¿quieres cenar algo? – pregunta el.
-no. No ten hambre.
-anda ven conmigo.
Fuimos a cena aun lugar al norte de la cuidad donde se portó de lo lindo conmigo, es un chico muy alegre, simpático, guapo aunque en realidad no sé si sea gay o no. Sus facciones se me hacían conocidas pero no lograba encontrarle el parecido con alguien más.
El trabajo en la escuela es casa vez mas intenso y gano lo suficiente. Muchos dicen que el sueldo de maestra no es mucho, pues en mi caso sí. Tengo mis ahorros y tengo lo que en vida me dejó mi abuela y lo que gano a diario en mi trabajo, no tengo la necesidad de depender de alguien.
Continuara…