Estaba tan cansada la luna de coquetear con la tierra que un día decidió abandonarla. Hoy se la ve feliz rumbo al sol, en un vago intento de seducirlo con su frescura en las noches de verano. Se fue la inspiración de poetas y enamorados dando paso a un mar de estrellas que quieren suplir su ausencia. Tal vez alguna de ellas huya de algún despiadado sol y venga en nuestra búsqueda, quizás en un cuarto creciente.
OTREBLA
Texto agregado el 31-05-2014, y leído por 252
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