Tus ojos cual dos lagos de incansables fatigas
resbalan por mis mejillas
mientras te sostengo en la penumbra.
No tengo más que entregarte
que todas mis palabras
de charlas incesantes,
de veladas de almas desnudas
una frente a otra
sin velos y adornos suntuosos
solo tu y yo
y nada más...
Texto agregado el 30-05-2014, y leído por 149
visitantes. (7 votos)
Lectores Opinan
30-05-2014
bello.***** girouette-
30-05-2014
Lo leí escuchando"gente extraña" de los "doors", creo le queda bien esa canción. cinco aullidos yar