LA SOMBRA ILUMINADA
Verónica estaba haciendo unas investigaciones científicas y tuvo que salir de viaje a un pueblo cercano al mar mediterráneo a una antigua casa donde ella tenía por costumbre vacacionar, cuando llegó estaba exhausta del viaje y se fue directo a la habitación, vio los anaqueles llenos de libros de antiquísimas épocas lejanas y pensó en las investigaciones que desde algún tiempo ella venía realizando acerca de las inspiraciones de filósofos de distintos pensamientos, cada uno ajustándose a su propia verdad, estaba metida dentro de sus pensamientos cuando la puerta se abrió estrepitosamente y un fogonazo del cielo iluminó la habitación, sacándola de sus pensamientos, repentinamente un extraño e inusual olor y unos rumores de pasos como que estuviesen arrastrando unas cadenas, sacudió sus sentidos como obligándola a descender al sótano de donde se oían los pasos, mientras descendía las escaleras, sintió que una sombra la asechaba, y sus piernas empezaron a flaquearle y a ponerseles pesadas como que fuesen de piedra. cuando llego al sótano vio una puerta secreta que conducía a un subterráneo, tomó una antorcha y vio que las paredes estaban llenas de símbolos y de obras, le llamó mucho la atención la de un cuadro de una obra de un ser que fue pintado con el dorso desnudo con una marca de un símbolo en el pecho, como las marcas de cuando hierran a un animal, y en esos momentos ella sintió el mismo extraño olor de cuando están herrándolo, un escalofrío erizó la piel de Verónica y se estremeció todo su ser al pensar lo que podría simbolizar esa obra; sus ojos se le rebosaron de lagrimas sintiendo un gran dolor en su alma y como punzadas en el corazón, el pintor como que había pintado ese cuadro con tal ingenio que parecía que el cuadro como que recobraba vida, estaba tan embebecida y metida dentro de sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien la miraba y era como que le estuviese escudriñando el pensamiento, cuando ella lo miró su mirada fue atraída como por un magnetismo hacia un extraño anillo con una gema en forma de triangulo que iluminaba las obras, llegando un momento en que todas las obras como que revivían. Verónica estaba embelesada por ese fenómeno no usual cuando en un abrir y cerrar de ojos él desapareció misteriosamente, sólo quedo el símbolo de un triangulo sobre el suelo y el subterráneo iluminado, cuando Verónica vio el subterráneo iluminado, sintió un gran ímpetu y de nuevo empezó a ascender las escaleras y una sombra iluminada y unos rumores de paso iban delante de ella como iluminando el camino, ella fue siguiendo los pasos hasta encontrarse en la habitación, los pasos dejaron de oírse y todo quedó en silencio, hasta que un inesperado aire impetuoso se filtro en la habitación y en medio de ese silencio ella escuchó el estrepito de la caída de un libro de uno de los anaqueles, las hojas de los manuscritos ya desdibujadas por la patina del tiempo como que eran ojeadas por manos invisibles, hasta quedar abierto en una página con un manuscrito iluminado, cuando ella fue a leerlo las palabras se desvanecieron misteriosamente como que ocultasen un secreto que Verónica en esos momento no pudo descifrar.
F I N
Cuento de ficción por:
Maite Moreno
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