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No sé cuándo comenzó la magia exactamente..., para mí desde que te miré a los ojos y tu alma me habló... Luego la alegría absoluta de mi alma me hizo sentir que era muy afortunada por sentirte como si formaras parte de mí...
Y me hiciste tocar el cielo con las manos, y creer de nuevo en mi vida y en mí, porque encontré mi alma perdida que jamás arriesgaría lo que sintió por tí y lo que siente sin aún haberle asignado un nombre, sólo con la paz absoluta de sentirlo y sin pretender forzar ninguna situación...
Era increíble sentir que tu piel se estremecía al rozar mi piel, seguido siempre de tu miedo al sentir tanto sin proponértelo jamás.
Luego, las señales me susurraban tu nombre y tu miedo a lo que yo esperara te paralizaba; mi alma sentía tu dolor como si fuese suyo propio; jamás sentí un alma tan cerca de la mía.
Mi pequeña gran historia comienza en Mallorca, en el cumpleaños que me permitió un buen pretexto para estar a tu lado fuera del trabajo...
Ya sufría por tí al darme cuenta que tu vida no te conocía ni te valoraba como eras... (¿O es que en realidad no eras como yo sentía...?)
Fue un doce de julio, en un Pub cuyo nombre jamás olvidaré, mi alma estaba a flor de piel y no sabía por qué...
Tus tiernos labios rozaron los míos esa noche y sentí que mi tiempo, recientemente tan monótono y carente de emociones, cobraba vida y cambiaba su forma de transcurrir ante mis ojos atónitos...
Nunca más mi alma se separó de la tuya y jamás lo haría, pero renunciaría a todo para que fueses feliz...
Luego, aquella tarde en la playa, la magia de nuevo me socorrió y fue la primera vez en que sentí tu dolor cuando leí lo que había escrito...
No podía creerme que alguien tan maravillosa como tú pudiese fijarse en mí ni un instante, pero tu alma y tu perro, me hicieron creerlo cada segundo que transcurría a vuestro lado.
Sentía tu alma visitándome furtivamente, y me sorprendía visualizándote en tu salón hasta entonces solo visitado en una ocasión por mí. Te acariciaba el pelo y notaba como eras capaz de sentirlo...
Mi relación para entonces había terminado completamente, algo muy dentro de mí era consciente de ello, y mi alma me agradeció el aire que respiraba tras la autocondena que se impuso por no perder la fe en el amor, lo único que aún seguía estando vivo en mi vida, junto con sueños albergados en el desván de mi alma por los que ya no luchaba...
La magia adornó mi vida de momentos únicos e irrepetibles en los que era la protagonista junto a tí, aunque la incertidumbre no me permitía distinguir el camino...
Pero sabía que no dejaría de vivir este sueño que soñé a tu lado, bajo las redes del desengaño, tal vez, pero maravillándonos la una de la otra solamente por ser nosotras mismas...
Todavía recuerdo el brillo de tu alma, irradiada por esos ojos que me miraban transmitiéndome una vida más real que mi propia vida...
Recuerdo nuestro primer beso, tan especial y tembloroso, como el de dos enamorados que se tocan por primera vez...
Y escuché a mi alma que sabía desde siempre que arriesgaría todo contigo, aún sin esperar nada. Tan sólo el respeto absoluto a ese amor. Y jamás esperaba advertir tu decepción al mirarme, o más bien, al no verme...
Tus frases cortantes plenamente sentidas marcaron a mi alma impotente, comprimida en mi interior para que tanto amor no molestara a tu alma insegura, y me escondí dentro de mí misma para que tu indiferencia no me ahogara...
Y sé que he sido muy fuerte y que lo soy todavía más para aceptar la verdad, que es lo único que busco...
Me enamoré de tu alma, la que me vió, la que me sintió..., pero a veces no está, se aleja... Viaja tratando de buscar en el pasado la vida que, viviéndolo, no encontró...
Y serás mi amor platónico, mi niña escondida y frágil, y cuando mi alma te sienta, en el silencio de cualquier noche estrellada, allá donde estés, me alegraré por tí...
Sólo pretendí dibujar el brillo de tu mirada para que iluminara tu mundo y tal vez también el mío.
Sé que lo conseguí en algunos momentos mágicos, en que permitiste a tu alma que fuese libre junto a la mía...
A veces sentía como si tu alma al sentirme, huyera protegiéndose de mi alma que se entregaba a tí cada segundo. No pedía nada que no fuese poder tener una amistad que ya existía contigo, aún ahora es lo que más deseo, y le daría una oportunidad al amor cuando siento que tú se la das, siempre sabiendo que puede alejarte de mí y sintiendo ese miedo a que no supieses entenderme...
Sólo hiciste el amor conmigo, entregándome tu alma desnuda, sin miedos, sin casi barreras..., una vez, la penúltima vez, en que tu piel buscó mi piel para encenderse, para transmitirlo todo...
Fue en el salón..., recuerdo que trajiste tú sóla el colchón (alguien con el alma más libre para sentir que la tuya, sabiamente, nos dejó solas y se fue a su cama... Sabía que yo iba a entregarte el amor que ella no había conseguido entregarte...), me habías besado con tu alma, sé que no lo imaginé, sé que la ternura y la pasión lo inundaban todo al unísono...
Raras veces dos personas desencadenan tantas energías al mismo tiempo, lo sé bien...
Esa vez no te diste la vuelta sin volver a mirarme y " te fuiste"... Esta vez me miraste a los ojos sonriendo..., eran los ojos más bellos que jamás había visto, transmitían una paz y una leve ternura que te hacía mucho más bella; creo que esta vez sentiste mi alma, sé que tu alma sonreía y que oí tu risilla, mientras sentías un suspiro que permitió que tus pulmones se inundaran completamente, sin reservarte ningún espacio...
Eso es la paz que sé que jamás habías sentido, aunque a la mañana siguiente te comportases como si ese milagro no tuviese tanta importancia...
Pero para mí sí que la tenía, y en ese instante mi ser supo que recordaría esos momentos siempre, porque serían irrepetibles...
Luego, tu alma se empezó a despedir de mí..., me lo decía cuando le molestaban las cosas mías por las que antes simplemente me llamabas "despi", sonriendo desde lo más profundo de tu ser...
Y tu alma buscó su lugar, pero ya no me llevó con ella...
La grandeza desapercibida de ese instante te llevó a apreciar la grandeza de instantes pasados, olvidando la presente como si no la estuvieses viviendo, sin apreciarla en su medida...
Y llegó la noche en que me deseaste, y deseaste mis caricias venciendo tu miedo a mi amor...
Fue maravilloso, pero ya no me besaste y tu mente pensó en lo mal que te sentirías "mañana", cuando te doliese todo el cuerpo...
Mientras tanto yo seguía amándote, como antes de que yo misma lo supiese, cuando mi alma se me escapaba para acariciarte en tu solitario sofá, en el mismo donde mi alma te regalaba su vida...
Luego la distancia fue la única que ayudó a mi alma a no sucumbir ante tu continua despedida...
"Hay que romper el círculo...", me decía una sabia voz en mi interior...
Pero siempre había una segunda oportunidad, aunque sintiese el atroz miedo de tu alma...
Nunca supe qué iba a ocurrir, pero siempre supe que sería como tuviese que ser...
"Hay niebla en mi alma pero siempre acaba disipándose cuando estás lo suficientemente cerca..., para bien o para mal.
"El olvido comienza cuando el recuerdo se hace insoportable..."
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Esa llamada congeló violentamente mi alma en deshielo..., muy a pesar mío... Una vez más mi mundo se desmontaba por completo ante tu dolor, que balbuceaba en cada frase que pronunciabas...
Como siempre hablaste poco, y como siempre, mi alma lo escuchó todo, siempre con tu duda latiendo ante mi certeza, reducida a una utopía en la que me pierdo una vez tras otra...
Recordé por qué calló mi verdad..., tus ojos me lo suplicaban, tu llanto amargo, desconsolado..., convulsionando tu pecho y también el mío, al sentirme responsable...
Responsable... ¿De amarte? ¿De sentir cómo tu alma se te escapa y viene corriendo a buscarme...?
Jamás sentí que estuviésemos juntas, sólo te lo oí decir una vez, con el miedo de alguien que cuenta el mal sueño de la pasada noche creyendo que así no se cumplirá...
Yo me llenaba el alma de mi amor, que se sentía defraudado, y no por tí, sino por rebajarlo ante alguien que de esa forma, jamás aprendería a valorarlo...
Mi lucha interior me llenaba y me vaciaba en pocos segundos... Mi amor y tu dolor... Mi dolor y tus dudas... Mi alegría y mi eterna tristeza...
Tus ojos perdieron el brillo cuando dejaron de verme y miraron directamente a tu miedo..., ese que suele decidirlo todo en tu vida...
Fueron momentos eternos, mi vida estancada, mientras recibía los reproches de tus inseguridades y tus dudas, rozando la inmensa herida de un amor absoluto, abandonado sin más, tras no haber sido capaz de disfrutarlo..., tan sólo de sufrirlo...
Pero ahora no me siento culpable...
Tan sólo te amé hasta mi último aliento... Te acompañé a tu infierno, en el que me hubiese quedado contigo eternamente si me hubiese visto de nuevo brillando en tu mirada, aunque fuese unos segundos...
Entonces fue cuando apareció él... Recuerdo que yo te lo presenté..., y me arrepentí tantas veces, en secreto, de haberlo hecho..., aún sabiendo que carecía de sentido... Tú estabas buscando algún tío..., jamás me lo ocultaste, al contrario, me lo repetían tus labios a cada oportunidad, los mismos que escapaban de tí y buscaban mis caricias, mi ternura..., mi pasión.
Y yo lo hubiera dado todo por tí, de hecho lo hice, y jamás encontraré un reproche para tí porque tú me sacaste de mi infierno de alguna manera; mi frustración es haberte tenido que abandonar en el tuyo, segundos antes de sucumbir en una vida que no tenía lugar para mí...
Jamás entendí cómo podía hacerte tanto daño un amor que se entregaba sin jamás pedirte nada... Pero aún no entendiéndolo, me dolía tanto... Tanto.
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Supongo que necesitaba expresar todo lo que mi alma dejó de decir en su momento, tal vez porque sentía que jamás sería escuchada por tí...
Adiós, el que tú comenzaste en silencio, con mil excusas rebuscadas, con mil pequeñas trampas en las que pretendias que cayera...
Muchas las sorteé...
Ahora te dí los motivos para alejarte de mí, como quería tu efímera tranquilidad...
Suerte...

Texto agregado el 26-08-2004, y leído por 216 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
08-10-2004 ufff! ahora si quedó completa, o no... quien sabe... espero que los vuelcos de la vida te lleven a agregarle siempre algun párrafo más a ésta carta-historia. gracias por invitarme a conocerte. siempre gracias. siempre es un placer alma. ***** alto_vuelo
26-08-2004 perfecta. comparto todo lo que escribís. será por eso que me gusta tanto. y sin duda sabes como hacerlo. mis * alto_vuelo
 
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