Nos subimos a su carro, llegamos al otro pueblo en busca del medicamento. Después de haber ido a comprar las pastillas de mi abuela nos regresamos sin ningún problema.
Envolví el regalo donde venía el vestido para dárselo a Friné. En el estacionamiento la vi para darle el regalo.
-¡cariño! ¿Hola cómo te va? – dice la dama con un beso en la mejilla.
-bien. Gracias.
-¡qué te pasa! La vida es para disfrutarla. – dice ella mientras se mueve como si escuchara música y meneaba su cabellera con las manos.
-tengo algo para ti.
-¿Qué es? – dice ella con una bella sonrisa.
-esto. – y le di la caja de regalo. Ella lo tomó y al abrirlo se sorprendió.
-¡oh! Cariño. Es hermoso.
-la vez que nos vimos en aquella tienda lo dejaste en la caja.
-sí. Tú sabes, sin dinero…
-espero que te guste. – le dije
-gracias es hermoso. Es la primera vez que me regalan algo.
-entonces ¿soy la primera en darte un presente?
-sí. Yo no tengo amigas.
-qué casualidad. Yo tampoco. – le dije. Aunque es verdad. No tengo amigas.
-cariño. ¿En verdad me quieres cómo amiga? – me advierte ella.
-sí. ¿Tiene algo de malo?
-¡no! Al contrario. Creo que yo soy un poco mayor que tú ¿A ti no te molesta?
-no. Para nada. Eres una buena persona. Seremos grandes amigas.
Fue entonces donde nació una amistad muy bonita. Donde vivimos muchas cosas juntas. Estuvo conmigo en las buenas y en las malas. Pero jamás me imaginé lo que iba a pasarnos.
Continuara…
Texto agregado el 27-05-2014, y leído por 191
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
28-05-2014
Mmmm,qué lindo;pero te la has ingeniado para dejar al lector lleno de deseos de saber mas.*****
Victoria 6236013
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