"Chili, Chilichilita la nena bonita"..... le cantaba mi esposo Rubén a nuestra hijita Yemina sosteniéndola en su gran mano, aquel día en que nació, un 2 de marzo de 1989. Creo que fue a partir de ese momento en que se convirtió en un gran ser de luz, todo bondad alegría, libertad de pensamiento y voluntad inquebrantable de vida.
Mi hermosa hija Yemina, que a los 25 años y con toda una vida por delante, nos deja para formar parte de una luz universal.
Mi seudónimo nace de allí, Chilichilita, un sobrenombre de mi hija que sólo algunos íntimos de la familia conocemos.
El 19 de mayo nos dejó cruda y repentinamente, y un vacío abismal cubre mi alma y la de toda la familia. Perder un padre, fue muy tremendo, perder a mi esposo fue realmente desbastador, pero ahora perder a mi hija, no puedo definirlo, no tiene palabra que lo pueda nombrar. Los que quieran recen en su nombre, anden en pantuflas por la calle, quieran a sus amigos, siempre ayuden a alguien sin pedir nada a cambio, acaricien a sus mascotas, amen a sus padres, lean buena literatura, escuchen mucha música, vayan a una fiesta en ojotas, como muchas veces ella hizo éstas y otras muchas cosas, o simplemente, planten un Ginkgo Biloba en alguna parte, en su memoria. |