De mis dedos de papel
salió la risa de un Ángel
y en el fondo de su pelo
jugaban la luna y un clavel

Se decían prosas al oído
invitando juntos al amanecer
se miraban fijos, sus latidos,
ocultos en un pincel.

En sus pestañas
el sol alumbraba
y el color del universo
brindaba majestad

Solos con su magia
el amor de guia
con los ojos grandes
llenos de bondad.

Amen.