Inicio / Cuenteros Locales / perogrullo / La cama.
Volvía el hombre cabizbajo hacia su casa del encuentro con el diablo que le venía exigiendo ciertos réditos que no sabía cómo pagar. O se operaba una especie de milagro o no había más salida que el embargo con toda aquella secuela de descrédito que conllevaba y la incursión en la vida payasil. Enfrentarse al diablo tampoco era cuestión que se pudiera adoptar sin unas dosis de entusiasmo de las que carecía. La alternativa era el robo o el oprobio; cuestión difícil de dilucidar.
Por otro lado, la calle, qué pensaría cuando entraran los agentes del juzgado a hacer prenda de sus semovientes y muebles. No era muy elevada la deuda, por lo que probablemente con los muebles de la vivienda sería suficiente. Lo que más grima le daba, sin embargo, era que le embargaran la cama. Sin aquella cama, que había sido de los abuelos, estaba convencido de que le sería muy difícil conciliar el sueño. Ya se imaginaba al mismo Satán refocilándose entre las sábanas sobre aquella cama. Tenía que haber alguna ley, pensó, que prohibiera embargar una cama. |
Texto agregado el 17-05-2014, y leído por 122
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